Corría por el año 1969, cuando casualmente cayo en mis manos uno de los primeros números de la Revista Fuerza Nueva. Me sentí tan identificado con su visión sobre la política española que, muy pronto me incorpore como delegado de la Revista , como así se denomina a quienes representábamos la línea de D. Blas Piñar. Conocí personalmente a Don Blas en ese mismo año y, allí nació una amistad que llegaría hasta nuestros días. Nos hemos ido encontrando en multitud de actos a lo ancho y largo de nuestra geografía nacional. Sin embargo esa amistad se fue estrechando a través de una relación epistolar.
Siempre que he tenido momentos bajos y, han sido muchos. He encontrado la comprensión del Jefe, amigo y camarada. Ni una sola carta ha quedado por responder, lo cual indica que es un hombre laborioso que sabe restar tiempo para cumplir en esos menesteres que no dan relevancia. No es el clásico jefe que solo actúa buscando popularidad. El en su despacho ha sabido como hombre sabio que es, dar alimento espiritual a quien lo ha necesitado.
He dicho bien. Don Blas es un hombre sabio. El que más de cuantos he conocido. Una persona que entra en el detalle y los gestos. Una persona con una capacidad de comprensión inimaginable. Una persona que fácilmente entrega su amistad más desinteresada. No tiene rencor alguno ya sea ante el abandono, deserción o las aventuras políticas de quienes se movieron en sus filas. Siempre ha recibido con los brazos abiertos a todos aquellos que en su día no se portaron bien precisamente.
Don Blas es sin ningún genero de dudas el mejor orador que ha tenido España desde la última mitad del siglo pasado. En ello coinciden amigos y enemigos. Pero la verdadera fuerza de sus palabras, proceden de lo más profundo de su alma, de la verdad y el conocimiento. Hombre de muy profundos estudios que era difícil, por no decir imposible poderle replicar. Sus aseveraciones, su firmeza y coraje le daban una merecida claridad. Don Blas, nunca tuvo que hacer uso de la mentira y el engaño para enfervorizar a las masas.
Don Blas fue el político que en la transición contaba con más afiliados y simpatizantes. El que congregaba a más multitudes. Sin embargo luego, el voto se lo entregaban a los enemigos, con aquello del voto útil que es lo más inútil. Y, así. Aplaudiéndolo con fervor y votando al contrario hemos llegado hasta el día de hoy. De haber dado el voto de los patriotas a ese líder sin igual, no cabe duda de que la situación de España seria en estos momentos muy distinta.
Don Blas es de una educación exquisita. Un hidalgo en el más amplio sentido de la palabra que con él se extingue la raza. Un hombre siempre discreto que no se ha prestado al circo de la democracia. Hombre que ha sido el centro de atención de millones de españoles, pero que ha sabido servir a las nobles causas de Dios y España, allí donde había riesgo. Recordemos el acto de San Sebastian donde hubo tiroteos. O el rezo de oraciones ante la puerta de un cine donde fue golpeado por la propia policía. El no estaba allí donde habían las cámaras, si no donde su recta conciencia le demandaba que debía estar.
Sacrifico su profesión y sus intereses particulares, por el servicio a las causas que defendía. No le importo que amigos y clientes se distanciaran por esos complejos cobardes. El seguía en su puesto con la dignidad bien alta, propio del que obra rectamente.
Don Blas Piñar López, ha sido sin dudar la persona más injustamente tratada, por propios y extraños. Me duele el alma confesarlo, que muchos de los que se llenaban la boca de patriotismo, al instante de depositar su voto lo abandonaron miserablemente. Eso me recuerda a Jesús que las multitudes le seguían con entusiasmo y gozo en sus corazones, pero en el momento crucial donde se dilucidaba su propia existencia, era abandonado para aclamar la libertad de Barrabás. El hombre de las más elevadas lealtades, al final le pagaban con la traición. Incluso algunos. Años más tarde por intereses postizos y malsanos, buscaría el perdón de haberle conocido achacándolo a “que fue un pecado de juventud” y, ahora quien de su mano lo encumbrara, le importe poco unirse a la canalla, votando a favor del Estatuto, la selecciones catalanas y hasta los referéndums independentistas.
Don Blas Piñar llego al Congreso de los Diputados en una sola legislatura. Las demás veces perdió en buena lid. Nunca hizo el menor gesto que lo aupara al poder si con ello perdía su dignidad y sus principios. El nunca busco el poder por ambiciones personales y, muchísimo menos por una patología de ambición y codicia.
Don Blas Piñar ha sido el político más recto ha conocido nuestra nación. Sin concesión alguna de sus sólidas convicciones por una parcela de poder, ni por satisfacer su ego personal.
Don Blas Piñar, fue aupado por los acontecimientos en unos momentos cruciales de nuestra historia reciente. Lo mismo que abandonado por los suyos. Pero El siempre esta, donde ha estado desde la primera hora. Con esa visión clarividente que da la sabiduría, marcando el camino a seguir. Me imagino que habrá pasado horas amargas ante tantas decepciones. Pero jamás de sus labios ha brotado una palabra de agravio. Y, ahí sigue a sus noventa y un años, para donde se le llame para dar testimonio de su fe. Hombre de afectos que no de reproches, el nunca estuvo ni estará en discordia con los suyos.
Debe ser cruel escuchar de Manuel Fraga, un excamarada expresar en los medios de comunicación que “estaba más cerca de Carrillo que de Blas Piñar”. Debe ser tormentoso que tus excamaradas traidores y perjuros, te persigan y te multen por defender los intereses de Dios y la Patria. Debe ser muy duro reunir a dos millones de españoles en la Plaza de Oriente y que luego en las urnas le dieran la espalda. Pero un católico hasta los tuétanos como él, que solo ha servido para la gloria de Dios y España, le debe haber consolado que ante Dios no hay ningún héroe anónimo.
Me resulta doloroso que no haya tenido el apoyo de los “nuestros”, porque con ello, no solo han cometido una injusticia histórica contra él, si no contra todo lo que simbolizaba. Nuestra fe y nuestra Patria. Ahora cuando esa película de la Historia de España esta a punto de concluir, que nadie se lamente por lo que pudo haber hecho y no fue.
La situación actual es producto de la deslealtad y la ceguera. Y, mucho me temo que hasta que llegue el rotulo de FIN, seguirán empeñados en dar el voto inútil a los más oportunista e inútiles. Seguirán a esos pastores ciegos ávidos de poder y vanagloria, en vez de confiar a quienes no realizan escándalos.
Don Blas Piñar, es y ha sido en toda su trayectoria un hombre ejemplar, en el que se resumía y confluía todo lo mejor de nuestra estirpe y nuestros mejores hombres. Hombre que en todo momento a forma de profeta, se anticipaba a los acontecimientos y llamaba a arrebato. Todos tus peores presagios se han cumplido con creces. Nadie o casi nadie podrá excusarse. Todos o la mayoría tuvimos a un guía que no seguimos con la fe ciega que merecía.
Desde estas escondidas paginas de mi blog. Con orgullo quiero hacer patente el haberte seguido hasta día de hoy, y, manifestar mi sincera admiración y reconocimiento por cuanto ha hecho por las causas superiores. El mejor homenaje que un patriota y hombre de bien puede rendirle es votar a AES que conserva sus mejores esencias.
Don Blas Piñar López, hombre de bien, transparente, sin mancha alguna, de coraje y apasionado por lo que más ama. Es ese manantial donde brotan las fuentes genuinas de España sin duda alguna. Tu servicio no habrá sido estéril. Que viva muchos años más!!
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