Una vez más, Zapatero hizo el ridículo en la escena internacional como nos tiene habituados. Eso carecería de importancia si no fuese por la tragedia que vive España desde que alcanzo el poder tras los atentados del 11-M.
Siempre he sostenido que, un cargo público que se presenta a unas elecciones, debería previamente someterse a un chequeo de salud mental. La Historia nos ha demostrado que, infinidad de gobernantes elegidos “democráticamente” han resultado estar locos de atar. Personas que su locura les ha llevado a los puestos más altos, siendo incapacitados para ello. Creo que los ciudadanos merecemos saber en que estado mental se hallan nuestros gobernantes. Mucho me temo que la mayoría no pasarían la itv. Para muchas profesiones se requiere pasar por unos test psicológicos, cuando su ámbito de producir el mal es relativamente reducido. Sin embargo para un gobernante que nos puede conducir a una guerra o dejar un país en la miseria y el enfrentamiento, solo necesitan presentar el D.N.I. Cualquiera que se presente a unas oposiciones, aunque sea de limpieza, requiere conocer la constitución y el estatuto.
Dicho esto resulta escandaloso que el presidente del gobierno que han elegido otros, en este caso el señor Zapatero, no sepa ni lo que es España, que ni siquiera a unos escolares les pudiese dar una explicación. Un presidente de gobierno de España que en vez de defender la unidad nacional, se ponga al frente de un estatuto que es a todas luces anticonstitucional y rompe a toda una nación. En vez de unir, separa y enfrenta a la ciudadanía.
Desde el 11-M que le llevó a la Moncloa , que este señor y sus palmeros no han parado de engañarnos una y otra vez. Ha convertido a España en un loquero y además misero. La depresión y la locura hacen mella en una población que no entiende absolutamente nada de lo que esta viviendo. La violencia se ha extendido más allá de las calles hasta penetrar en los hogares. Crea la crispación y el odio más enfermizo tomando medidas execrables que van contra nuestra propia cultura. Ahí tenemos el crimen legalizado del aborto que mayoritariamente el pueblo español no admite. Quitar los crucifijos de las escuelas. Promociona la promiscuidad y toda las aberraciones posibles en eso que llama “educación para la ciudadanía” que no es más que una doctrina stalinista. Mientras, se erige en un protector del Islam que va en contra no solo de nuestra fe católica, si no de la constitución y los más elementales derechos humanos.
A la crisis internacional que nos afecta como parte del mundo globalizado se ha sumado, la crisis de Zapatero que, es la peor del mundo y, de la cual nadie se aventura a pronosticar cuando se va a salir de ella. Solo vende promesas y más promesas. Nos engaña miserablemente de que estamos saliendo, cuando aún no se ve ni el fondo. Reparte y malgasta dinero a tuti plen. Pero ahí no esta solo. Las autonosuyas y las corporaciones locales, malversan el sudor de tantos trabajadores.
Nos hablan del paro y lo dejan en algo más de cuatro millones, cuando todos sabemos que rebasamos los seis. Los españoles hemos conseguido volver al nivel de ingresos en que nos dejo la II República. Hay millones de españoles que ya ni comer pueden. Han perdido todos los ahorros de una vida, sus negocios, sus viviendas y, viven de la caridad de la familia. A Zapatero le ha salvado que España aún sigue siendo católica, por eso de los afectos y solidaridad familiares. En países de nuestro entorno, con una anemia endémica de fe, los necesitados no pueden recurrir a la familia que ya esta destrozada. Así que de no ser por estos restos que aun perviven (pese a el) de la familia como fruto de nuestra conciencia católica, las masas hambrientas se hubiesen echado a la calle a vida o muerte, pese a los sindicatos que son una ruina. De todas formas ya no queda colectivo que no se haya manifestado en las calles. Desde los agricultores a los taxistas. Pero hay tanta gente que vive del cuento en ese país, que esos hacen de muro de contención para que la rabia contenida no explote ante el mismo palacio de la Moncloa.
Estamos bajo la bota de una dictadura stalinista. Ya sabemos quienes son nuestros amigos; la dinastía de los Castro, Kischner, Hugo Chavez, Evo Morales, etc. etc. Mientras nos puedan quitar un céntimo, nada cambiara en este país. No lo hizo Aznar y menos lo va a hacer Zapatero. Acabar con el derroche. España no se puede permitir ese estado de nacioncillas, con 17 gobiernos, parlamentos, televisiones autonomicas. Con unos ayuntamientos cargados de funcionarios que sobran más de la mitad. Con esas subvenciones a los titiriteros, sindicatos, partidos, prensa, radio, televisión y esas ong todas de izquierdas que solo deben su existencia a los sueldos de sus dirigentes. No se puede mantener esos regalos espectaculares a países exóticos, regalando condones, para fiestas gay, o patrocinar lenguas. No se puede mantener a esa invasión islámica que solo viven de nuestros impuestos y acaparan todos los medios sanitarios. En ese punto, Caritas es deplorable, pues dedican toda su atención al enemigo y a los autóctonos ni nos reciben, así que ya no marco más la casilla de la Iglesia. No se pueden mantener a tantos miles de asesores, ni los sueldazos que se asignan desde los concejales hasta el propio rey. Ni mantener a más de trescientos mil liberados sindicales. Pero claro…. En todo esto nadie va a meter mano porque caería el sistema. Sistema que como bien predico el antifranquista y republicano García Trevijano, se sustenta por una corrupción institucionalizada. Y, si estos derroches y malversaciones fuesen pocas, luego existe la corrupción que de en cuando en cuando se destapa un caso más por venganza política que por poner orden.
Así que nadie medianamente sensato espere que nuestra nación levante cabeza. Al contrario. Más vale que en vez de compararnos a Europa, nos comparemos a Cuba, Venezuela o Zimbawe. Muertos de hambre, tiranizados y encima perseguida toda oposición.
Los enemigos de la civilización cristiana se han cebado con España. Han colocado en lo más alto a los suyos. En España se dirime una lucha entre el bien y el mal. Entre Dios y el maligno a través de los hombres. En España se esta dilucidando el futuro de la humanidad. Ya no nos queda ni ese puñado de soldados que en el último momento salvaban a la Patria.
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