Simón Bolivar. Un traidor a todo. |
Simón Bolívar tenía la idea de ceder Panamá y Nicaragua, a Gran Bretaña, a
cambio de ayuda militar para la independencia.
América, rinde orgullosa elogios al “libertador”, no hay
país de América, que no tenga una estatua, un busto o una plaza dedicada a
Simón Bolívar.
Respetar nuestros muertos está muy bien; pero por otra
parte esa misma América ha derribado las estatuas de Cristóbal Colón.
Inclusive en España, muchas ciudades dan un lugar
especial al “libertador de América”,
denominándolo “hijo predilecto”.
Le admiramos, porque alguien, no sabemos quién, así lo
quiso. Y le llamamos “libertador”, “Padre de la libertad”, “el hombre de América”, y venerado por
los gobiernos nacionalistas.
Su famosa “carta de Jamaica”, está disponible en internet
(por las JJSS de Venezuela), como una carta magna, incluso es tenida como
“evangelio” para algunos; pero eso sí, el resto de su correspondencia, no se busque,
porque no se encontrara. Como no se encontrara por ejemplo aquella carta suya dirigida
a Carlos III, llenándole de halagos.
Toda su correspondencia fue recogida en doce volúmenes y publicados
(entre 1929-1930) por el eminente venezolano Don. Vicente Lecuna, su gran
biógrafo.
Es en el tomo I de esta serie documental (que nunca más
ha visto la luz), en la página 143, aparece una carta
de Bolívar expedida en Kingston (donde se encontraba “Voluntariamente” --cual avestruz escondiendo su
cabeza-- exilado después de su gran fracaso bélico en Cartagena). Fechada el 19 de mayo de 1815 para un tal Maxwell Hyslop,
un comerciante británico,
en la que expone su plan de conseguir ayuda económica y armamento en Inglaterra para proseguir la guerra
de independencia, que en esos momentos se encontraba en el punto más crítico por el empuje de numerosas fuerzas
veteranas enviadas desde España bajo el mando del General Pablo Morillo,
dominador prácticamente de
todo el territorio continental de la América Hispana.
Dicen así unos párrafos de la aludida carta: “Ya es tiempo, señor, y quizás es el
último período en que la Inglaterra puede y debe tomar parte en la suerte de
este inmenso hemisferio, que va a sucumbir, o a exterminarse si una nación poderosa no
le presta su apoyo para sostenerlo en el desprendimiento en que se halla precipitado por su propia masa, por las vicisitudes de
Europa y por las leyes eternas de la naturaleza”.
¡Quizás un ligero socorro en la presente crisis bastaría para impedir que la
América meridional sufra devastaciones crueles! ¡Quizás cuando la Inglaterra
pretenda volver la vista hacia la América, no la encontrará!
Y ¿qué ganaría la Gran Bretaña en ello?
…”La Costa firme se salvaría con seis u ocho mil fusiles,
municiones
correspondientes y quinientos mil duros para pagar los primeros meses de la
campaña. Con estos socorros pone a cubierto el resto de la América
del Sur y al mismo tiempo se puede entregar al gobierno británico las provincias de
Panamá y Nicaragua, para que forme de estos países el centro de comercio
del universo por medio de la apertura, de canales, que rompiendo los diques de
uno y otro mar, acerquen las distancias más remotas y hagan permanentes el imperio de la Inglaterra sobre el
comercio".
“He dicho ligeramente lo que me
ha parecido convenir…”
Para conseguir ayuda británica, proponía vender Panamá y
Nicaragua (todavía en aquella época bajo dominación española), a cambio “de treinta mil fusiles, un millón de
libras esterlinas; veinte buques de guerra; municiones, algunos agentes y los
voluntarios militares que quieran sumar”.
PORTOBELO (PANAMÁ) |
En Panamá, Bolívar es considerado
(por esta carta), precursor del actual canal (1), eso es cierto, pero, que ha
nadie se le olvide que, antes que “precursor”, su interés radicaba en enajenar la
América, vendiendo aquellas regiones consideradas “de segunda”, a Gran Bretaña, para conseguir financiación y así
arrebatarle a España la América del Sur, con sus minas de plata.
(1): Un sueño de siglos: el Canal
de Panamá, Celestino Arauz. Historia de la comunicación interoceánica, Ernesto Castillero
Reyes.
Martin Nieto
Muy buen articulo, gracias. Eso si demuestra que Bolívar era un vendepatria.
ResponderEliminaresta tramoya es solo una entre muchas otras que el ególatra y antisocial tuvo en su repertorio de fechorías. Por eso los británicos promovieron el culto a Bolívar como una figura histórica; les conviene seguir administrando lo que le robaron a España.
ResponderEliminar