Excelencia. No se imagina lo que ha cambiado España, desde su partida en
aquel Hospital de la Seguridad Social.
Intentare ponerle al corriente. Aunque necesitaría miles de paginas para
describirle el estado de terror en el que vivimos desde entonces.
Cuando V. E. estaba agonizando. Marruecos hizo una marcha verde para
anexionarse el Sahara. El campechano lo entrego sin resistencia alguna.
Cambiaron a Arias Navarro, por el más felón de los españoles. Adolfo
Suarez. La derechona que bajo su abrigo se encumbro. Traicionaron a S. E., a
los Principios Fundamentales del Movimiento, perjuraron de todo. Se dividieron
el poder entra la UCD y, AP. Dieron un golpe de Estado que, después de 40 años,
aun perdura y, que apodaron la “transición”. Recibieron con honores a Santiago
Carrillo y, la Pasionaria. Lo presentaron como el hombre de la reconciliación.
Aun sin estar legalizados. Irrumpieron por las calles, todos los partidos y,
sindicatos que en la II República lucharon para que España fuera vasallo de la
Unión Soviética. Sí. Aquellos que asesinaron a decenas de miles de españoles,
solo por el pecado de asistir a misa, llevar sombrero o corbata. A diez mil
sacerdotes, obispos y, monjas. Los del genocidio de Paracuellos. Las checas
donde se practicaban las torturas más abominables. Volvieron las huelgas
salvajes. Se hacían más huelgas en un día en España, que en toda Europa en un
año.
Mientras todo el rojerío y, separatismo se volvía a adueñar de las calles
españolas, con el beneplácito del campechano, los Fraga, Torcuato, Martin
Villa, Sabino Fdez. Campos, Gutiérrez Mellado, Tarancón… Los españoles
patriotas, que amábamos a la Patria, éramos perseguidos a sangre y, fuego.
Encarcelados. Multados por enarbolar la Enseña Nacional. Se nos prohibía
conmemorar su muerte y, la del asesinato
de José Antonio, en la plaza de Oriente. Esa derecha que perseguía a los
españoles de bien. Reconocía a la ETA como luchadores antifranquistas y, de la
libertad. Les concedieron amnistías e indultos, incluso les dieron un millón de
pesetas para que se comprasen metralletas nuevas. No se podía hablar mal de ETA
a pesar que no ceso en sus crímenes. Si no que los recrudeció. Suarez salía por
televisión, arengándonos a la sumisión y, resignación. Yo estaba en la radio
del Estado y, no podía mostrar mi indignación por esos crímenes. Asi que hice
unas pintadas y, no tuvieron piedad alguna hacia mí. Me despidieron sin
siquiera cobrar el mes trabajado y, sin derecho al paro. Me libre de haber ido
a mi casa el fin de semana, porque durante el mismo, me estuvieron buscando los
“luchadores de la libertad” para acabar conmigo. La guardia Civil me recomendó
que, antes de que anocheciera me fuera del lugar. Por más que lo intentaron.
Las jerarquías locales, intentaron meterme preso por atacar a ETA. Solo
pudieron ponerme 25.000 ptas. De multa y, pagar los trajes que se ensuciaron
borrando mis pintadas. Eso sí, no borraron ni una de las miles que había contra
España y en campechano.
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