lunes, 30 de noviembre de 2015

Importancia de la Tradición


¿Cómo hemos cambiado nuestro modo de ser y pensar sin advertirlo? En este artículo de 1969, Plinio Corrêa de Oliveira analiza esta “guerra cultural”, victoriosa gracias a la deformación del sentido de las palabras.

La Tradición tiene un papel de tal manera importante que, en mi opinión, sólo una palabra podría precederla. Es la palabra Religión.
La tradición es un valor muy alto del espíritu, y merece, en principio –bajo ciertos aspectos, por supuesto‒ preceder a (los conceptos) de familia y de propiedad. En nuestras circunstancias particulares, por otra parte, la Tradición tiene un papel de tal manera importante que, en mi opinión, sólo una palabra podría precederla. Es la palabra Religión.
De hecho, la tradición hoy defiende los propios presupuestos de la civilización, y particularmente de la civilización perfecta que es la cristiana.
Me explico. Para no alargar demasiado las cosas, basta considerar las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Innumerables cambios han tenido lugar en este período en el pensar, sentir, vivir y actuar de los hombres. Considerados estos cambios en su conjunto ‒y sin considerar las excepciones‒ es innegable que ellos se dirigen a una situación de violenta oposición con todas las tradiciones espirituales y culturales que recibimos. Estas tradiciones siguen aún vivas, pero en todo momento alguna modificación las debilita. Por supuesto, si nadie se levanta en su defensa, a la larga perecerán. Ahora, la extinción de estas tradiciones importa, en mi opinión, en el mayor naufragio de la Historia.
Daré algunos ejemplos. Mostraré como las mejores tradiciones están siendo erosionados por distorsiones sofísticas de algunos conceptos, por lo demás, de alto valor:
‒ “Bondad“: según el sofisma moderno, quien es bueno jamás hace sufrir a los demás. Pero el esfuerzo hace sufrir. Por lo tanto, sólo es bueno quien no pide esfuerzos a los demás. La civilización cristiana, por el contrario, modeló a los pueblos de Occidente de acuerdo con el principio de que el esfuerzo es un requisito esencial para la dignidad, el decoro, el buen orden y la productividad de la vida. Si “bondad” es, en todos los campos, la abolición del esfuerzo, ¿no se priva implícitamente la vida de los valores sin los cuales ella no es digna de ser vivida? Y entonces, esta “bondad” hipertrofiada,  ¿no es el peor maleficio?

“Amor al niño”: de acuerdo con esta “bondad” endulzada y desfibrada, el amor al niño consiste en dispensarlo de todo esfuerzo.
‒ “Amor al niño“: de acuerdo con esta “bondad” endulzada y desfibrada, el amor al niño consiste en dispensarlo de todo esfuerzo. Esto se pretende conseguir por mil técnicas, cuyo efecto sería instruir y formar al niño sin ningún sacrificio para él. El aferrarse a esta idea va hasta a condenar los castigos escolares porque hacen sufrir al culpable, y condenar los premios porque pueden dar complejos a los vagabundos. Teniendo en cuenta que, según la tradición cristiana y el sentido común, uno de los propósitos esenciales de la educación es formar para la lucha de la vida a través del hábito del esfuerzo y del sacrificio, ¿qué es este “amor al niño”, sino una cruel deseducación?
‒ “Simplicidad“, “despretensión”: Simple serían aquellos que prefieren las cosas que no requieren mucho gusto, ni mucho esfuerzo. Sin pretensiones sería la persona que siente bienestar en ser vulgar. “Simplicidad” y “despretensión” van invadiendo cada vez más las costumbres de los jóvenes y adultos. Las reglas de cortesía y de trato; el modo de organizar una casa, de recibir, de vestirse, de hablar, van siendo cada vez más “simples” y “sin pretensiones”. Decoro, brillo, calidad, clase, prestigio, son valores de espíritu cada día menos aceptados. Ahora, ellos contienen muchos elementos de lo que la tradición nos ha legado de más precioso. Con esto, la vida se va tornado descolorida, los estímulos nobles se marchitan, los horizontes se acortan y la vulgaridad invade todo. Bajo el pretexto de la “simplicidad” y de “falta de pretensiones”, es la pereza más refinada que triunfa. Sí, la molicie refinada: el único “raffinement” que nos resta.
‒ “Espontaneidad“, “naturalidad“, “sinceridad“: estas disposiciones de alma llevarían a evitar otro tipo de esfuerzo: el de pensar, de querer, de refrenarse. Inducirían a dar rienda suelta a la sensación, a la fantasía, a la extravagancia, de todos modos. La Televisión, que excita, va matando así el libro, que invita a la reflexión; las ideas se van empobreciendo, y con ellos el vocabulario también. Hablar se reduce en ciertas ruedas a narrar en algunos vocablos básicos algunos tantos hechos elementales. Divertirse es saltar y dar gritos sin sentido. Y reír. Reír mucho, pero sin mucha razón para reír. Está claro que en materia sexual, incluso más que en otras, cualquier contención es rechazada. La “moral sexual” de algunas personas consiste en legitimar todos los excesos para evitar complejos. El pudor sería así el gran enemigo de la moral. El libertinaje, el camino para la normalidad.
‒ “Ideas amplias“: quien las tiene, debe pactar con todo. Obispos o gobernantes, maestros o padres que no acepten todos los disparates que acabo de mencionar, son déspotas de ideas estrechas, que quieren mantener el yugo de prejuicios ahora insostenibles.

De tanto callar sobre los valores fundamentales de la cultura y del espíritu, ellos desertarán la Tierra. De tanto desencadenar desórdenes, estos acabarán invadiendo y sumergiendo todo.
Pero alguien dirá, tal forma de ser, ¿no es la de una minoría de extravagantes y no de la mayoría? ¿No es verdad que ésta asiste desolada y conmocionada ante tales excesos? Desolada y sorprendida, sí, estoy de acuerdo. Pero pronto añado: también aplastada y sumisa. La historia de todos los “progresos” de esta década ha sido la siguiente:
  1. a) una minoría lanza una extravagancia “loca”;
  2. b) la mayoría siente escalofríos y protesta;
  3. c) la minoría insiste;
  4. d) la mayoría se va acostumbrando, adaptando y sujetando;
  5. e) mientras tanto la minoría prepara un nuevo escándalo;
  6. f) y este escándalo tendrá el mismo éxito.
Así la mayoría va entrando en este nuevo mundo, fascinada, con piel de gallina, hipnotizada, como el pajarito entra en la boca de la serpiente.
De tanto reducir la cortesía, ella morirá. De tanto acortar los trajes, desaparecerán. De tanto callar sobre los valores fundamentales de la cultura y del espíritu, ellos desertarán la Tierra. De tanto desencadenar desórdenes, estos acabarán invadiendo y sumergiendo todo.
¿Hay alguna forma de evitar esto, sino luchar por nuestra Tradición, portadora de todos los valores cristianos auténticos, o incluso simplemente humanos, que este huracán va destruyendo?
Plinio Corrêa de Oliveira, in Folha de S. Paulo, 20 de marzo 1969
 26/11/2015 | Por  | Categoría: Decadencia Occidente, Destacados

sábado, 28 de noviembre de 2015

CONFIDENCIAS DE MEDIANOCHE, PARA LOS AMIGOS




Les voy a confesar algunas cosas que, creo son necesarias para comprender lo que publico para mis amigos y, mis enemigos.

La mayor parte de mis artículos. Salen sin ninguna idea preconcebida. Siento la necesidad de comunicarme. Me siento ante el teclado y, empiezo a escribir lo que va surgiendo espontáneamente. A veces es como resultado de una noticia, un programa de tv o, simplemente por una imagen. Este es el pretexto, para desarrollar un texto. A veces soy consciente de que no está bien hilvanado, mientras le doy al teclado. Pero no me gusta leer el texto una vez redactado. ¿Por qué? Creo que, aun siendo amigos cibernéticos. Si corrigiese, sería un fraude. 

Intento siempre y, en la medida de lo posible. Escribir lo mismo que me surgiera si estuviese hablándoles a viva voz. Muchas veces, en mis artículos hay mensajes subliminales. Por los anónimos, por comentarios de amigos físicamente y, por los muchos mensajes que recibo. Creo que me siguen más mis detractores y, hasta enemigos. Que amigos tengo en el FB. Y, aprovecho la ocasión de que escribo, para que esas personas se sientan aludidas. Es aquello de matar dos pájaros a la vez y, eso complica más las cosas. 
Mis estudios de grabación de radio.

Solo unas pocas personas. Conocen una faceta mía. En vez de escribir una carta de quince folios. Les grabo una carta a viva voz, al estilo radio. Con su presentación, sus músicas y, canciones y, hasta documentos sonoros. A modo de ejemplo la que le envié hace años a Federico Jiménez Losantos, cuando estaba en la C.O.P.E. También de lo más espontaneo. Pero acabó escuchando de fondo el entierro de Franco. Franco ante los españoles en la plaza de Oriente. El testamento político de Franco en la voz de Carlos Arias Navarro y, acabe dando los gritos de ritual con el “Oriamendi” “El Cara al Sol” y, el Himno Nacional. Hay personas que pese a que han transcurrido más de treinta años. Aun conservan la cinta a cassette.
Con mi leal y, fiel amigo Don Blas Piñar

Pero hay una cosa que los interesados suscribirían sin dudar. Que cuando alguien me hiere, traiciona, estafa o me engaña. Las cartas que envío, son más explosivas que las bombas de Hirosima y, Nagasaky. He llegado a escribir hasta treinta folios. No han dejado indiferentes a nadie. Mi más añejo amigo, no lo localizaba por teléfono y, le mande una carta. En cuanto la recibió, me vino a casa con la carta sin abrir. Con cara de susto, tembloroso. Y, me pregunto si esa carta era una de las mías. Hay amigos a los que les he dejado leer una y, son escalofriantes. Solo una de ellas, me arrepentí y, afortunadamente la relación se pudo reconducir. Si tuviera una copia de estas cartas. Las publicaría en un libro y, tendría más ventas que Isabel Allende. ¿Por qué de estas cartas? Porque soy consciente que cara a cara, no tendría la oportunidad de contar todo lo que siento, que muchas cosas se quedarían en el tintero. Bien porque no asomaran en ese momento en mi mente. Bien porque me interrumpiesen. Un botarate que no hace mucho recibió una de estas. Me dijo que era un gesto de cobardía. Cuando es todo lo contrario. Las palabras se las lleva el viento. Pero dejar a caldo una persona por escrito. Como decimos en mi tierra (eso va a misa). Me pueden demandar judicialmente. No me puedo retractar. Lo cobarde es prometer y, jurar en la intimidad, sin testigos siquiera. Lo escrito y, firmado obliga. Es como se hacen las cosas serias (contratos, hipotecas, alquileres, etc) 
 
Con Alfonso Arús, concursando en Videos de Primera.
Y, ya puesto a sincerarme. Les diré que en la radio, fui innovador. Aposte por la radio de servicio público y, de madrugada. Me llamaron loco. Pero en unos pocos meses, mantenía a toda una provincia despierta. Tenía una voz seductora. De esas microfónicas. No estaba dotado intelectualmente como mis maestros y, amigos. Pero hacia vibrar a los oyentes. El timbre, la declamación, las pausas y, los silencios. La pasión y, vehemencia hacían el resto. Hay personas que son muy barrocas hablando y, sin embargo no empapan al oyente. Mi arma es la verdad, la sinceridad que brota de lo más hondo de mi alma. Eso te hace creíble. En un mundo que ya no abunda la credibilidad. 

Mi madre Juana con Dolby
Otra cosa que me gustaría poner en conocimiento de ustedes. A veces personalizo mucho. Incluso ilustro mis textos con fotografías mías, de joven sobretodo. Y, eso obedece a que he vivido diez años de oscuridad en mi vida. En un trabajo que era el último mono y, como tal tuve que tragar muchos sapos. Tuve que convivir con individuos que, siendo de lo último disfrutaron en manejarme. Siempre he sido humilde y, estando muy por encima de todos ellos. No era cuestión de discutir quien era quien y, más que quien. De ahí mi artículo “que un Don nadie con un Smartphone es muy peligroso”. Y, esa gente, es la que me da bríos por escribir mis memorias. 

Permítanme seguir siendo sincero, honesto y, espontaneo. Tal como soy. Un abuelo no habla de sí mismo por petulancia. Hace décadas que dejamos atrás la edad del pollo. Pero en esta sociedad tan injusta con los mayores. Al menos déjennos hacernos presentes, con nuestras batallitas. Que nosotros también fuimos jóvenes y, guapos y, de la última moda e, importamos a los demás. Gracias.

CUANDO LA CONVERSACION ES ENRIQUECEDORA.

Don José Mujica expresidente de Uruguay



Hace unos días, vi una entrevista por televisión, al expresidente del Uruguay. Don José Mujica. Le preguntaron “que político de los que conoció en su mandato, le impresiono más”. Estuvo un buen rato dubitativo y, al final respondió “todos son unos mediocres. Que eso nunca había ocurrido hasta nuestras fechas”.

A pesar de las distancias ideológicas. Sería un sectario si no reconociese a este político, sus virtudes. El podría haber complacido la vanidad de algún gobernante bolivariano. Sin embargo hizo un acto de coherencia y, dignidad con su respuesta.
Es muy difícil. Casi imposible hallar una persona con bagaje y, verbo fácil. En mi vida, por cuestiones profesionales, personales o, representativas. He tenido la oportunidad, de tener interlocutores celebres, con quienes compartir largas y, amenas horas de charla, tertulias y, entrevistas. Mientras que con otras, los saludos y, las despedidas se me han hecho eternas.
 
El politico, intelectual y, orador Don BLAS PIÑAR.
Alguien pensara que, compartir una charla enriquecedora, solo es posible con personas distinguidas y, eruditas. Sin embargo, he disfrutado muchísimo de compartir mesa y, mantel con personas muy humildes, autodidactas y, formadas.

Recuerdo mis años de juventud  en el pueblo leridano de Castellserá. Donde por la noche se sacaban las sillas de mimbre y, taburetes a la fresca nocturna. Se unían tres generaciones y, los abuelos que desprendían sabiduría, eran atentamente escuchados. Siempre se me hacían cortas las horas. Se hablaba de todo lo divino y, humano de la vida. Se pasaba de un tema a otro en un periquete y, las experiencias curtidas en la piel, nos dejaban un halo de admiración.
D. José Luis Balbin, director de "LA CLAVE"

Ahora todo son monólogos. Que si gigas, que si cilindradas, que si penaltis, que si criticar a este y, al otro. La gente ya no está cultivada. Las conversaciones ya no tienen ninguna sustancia. Lo cual me aburren tanto como ver “Sálvame”. 

En mi adolescencia y, juventud. Personas muy humildes. Era muy raro que, no tuviesen alguna afición de la que fuesen auténticos maestros. Te invitaban a ir a sus casas y, desconocías que esas personas, tuviesen auténticos museos. Muchas de las piezas, salidas de sus artesanas manos. Te sorprendía que un labrador, tuviese una colección imponente de discos de Zarzuela. Que pudiese tener maquetas de ferrocarriles. Que tuviesen vocación para el canto. Veías estanterías llenas de libros, sobre la afición que practicaban. Conservaban y, coleccionaban lo más insólito. Eran todos unos señores. Hoy, veo la gente como cascara vacía. Que ni sabe hablar y, mucho menos escribir, más con esas nuevas tecnologías.
D. Raúl Matas. Maestro de locutores de habla hispana.

Don José Mujica, anclado en los años sesenta. Su oratoria y, su fondo humano. No es música conocida. La comunicación entre humanos, no es pobre. Es ya imposible de poder interactuar. Los comunicadores de radio y, tv son tan simples,  como los oyentes. Con razón no se pudo mantener un programa de TV como “La Clave” de José Luis Balbín. Malditos wasap, sms….

SIMON BOLIVAR, PONE EN MONEDA A PANAMA Y, NICARAGUA.

Simón Bolivar. Un traidor a todo.


Simón Bolívar tenía la idea de ceder Panamá y Nicaragua, a Gran Bretaña, a cambio de ayuda militar para la independencia.

América, rinde orgullosa elogios al “libertador”, no hay país de América, que no tenga una estatua, un busto o una plaza dedicada a Simón Bolívar. 
Respetar nuestros muertos está muy bien; pero por otra parte esa misma América ha derribado las estatuas de Cristóbal Colón.
Inclusive en España, muchas ciudades dan un lugar especial al “libertador de América”, denominándolo “hijo predilecto”. 
Le admiramos, porque alguien, no sabemos quién, así lo quiso. Y le llamamos “libertador”, “Padre de la libertad”, “el hombre de América”, y venerado por los gobiernos nacionalistas.
Su famosa “carta de Jamaica”, está disponible en internet (por las JJSS de Venezuela), como una carta magna, incluso es tenida como “evangelio” para algunos; pero eso sí, el resto de su correspondencia, no se busque, porque no se encontrara. Como no se encontrara por ejemplo aquella carta suya dirigida a Carlos III, llenándole de halagos.
Toda su correspondencia fue recogida en doce volúmenes y publicados (entre 1929-1930) por el eminente venezolano Don. Vicente Lecuna, su gran biógrafo.
Es en el tomo I de esta serie documental (que nunca más ha visto la luz), en la página 143, aparece una carta de Bolívar expedida en Kingston (donde se encontraba “Voluntariamente” --cual avestruz escondiendo su cabeza-- exilado después de su gran fracaso bélico en Cartagena). Fechada el 19 de mayo de 1815 para un tal Maxwell Hyslop, un comerciante británico, en la que expone su plan de conseguir ayuda económica y armamento en Inglaterra para proseguir la guerra de independencia, que en esos momentos se encontraba en el punto más crítico por el empuje de numerosas fuerzas veteranas enviadas desde España bajo el mando del General Pablo Morillo, dominador prácticamente de todo el territorio continental de la América Hispana.

Dicen así unos párrafos de la aludida carta: Ya es tiempo, señor, y quizás es el último período en que la Inglaterra puede y debe tomar parte en la suerte de este inmenso hemisferio, que va a sucumbir, o a exterminarse si una nación poderosa no le presta su apoyo para sostenerlo en el desprendimiento en que se halla precipitado por su propia masa, por las vicisitudes de Europa y por las leyes eternas de la naturaleza”.

¡Quizás un ligero socorro en la presente crisis bastaría para impedir que la América meridional sufra devastaciones crueles!                                                                    ¡Quizás cuando la Inglaterra pretenda volver la vista hacia la América, no la encontrará!

Y ¿qué ganaría la Gran Bretaña en ello?

…”La Costa firme se salvaría con seis u ocho mil fusiles, municiones correspondientes y quinientos mil duros para pagar los primeros meses de la campaña.                                                                                                                                         Con estos socorros pone a cubierto el resto de la América del Sur y al mismo tiempo se puede entregar al gobierno británico las provincias de Panamá y Nicaragua, para que forme de estos países el centro de comercio del universo por medio de la apertura, de canales, que rompiendo los diques de uno y otro mar, acerquen las distancias más remotas y hagan permanentes el imperio de la Inglaterra sobre el comercio".

“He dicho ligeramente lo que me ha parecido convenir…”

Para conseguir ayuda británica, proponía vender Panamá y Nicaragua (todavía en aquella época bajo dominación española), a cambio “de treinta mil fusiles, un millón de libras esterlinas; veinte buques de guerra; municiones, algunos agentes y los voluntarios militares que quieran sumar”.
PORTOBELO (PANAMÁ)

En Panamá, Bolívar es considerado (por esta carta), precursor del actual canal (1), eso es cierto, pero, que ha nadie se le olvide que, antes que “precursor”, su interés radicaba en enajenar la América, vendiendo aquellas regiones consideradas “de segunda”, a Gran Bretaña, para conseguir financiación y así arrebatarle a España la América del Sur, con sus minas de plata.

(1): Un sueño de siglos: el Canal de Panamá, Celestino Arauz.                                         Historia de la comunicación interoceánica, Ernesto Castillero Reyes.

Martin Nieto