sábado, 17 de octubre de 2009

ESPAÑA CAMINA AL REVES


VÍCTOR TEJEDOR DIEZ "EL FARO DE CANTABRIA"


- "No triunfan los mejores, sino los más torpes, los más falsos, los más pelotas: los incompetentes"

- "Lo peor no es que se digan idioteces, sino que muchos las han creído y así nos ha lucido el pelo"

No es fácil entender el galimatías caciquil intervencionista de la política española. Nada tiene que ver el espíritu democrático que se emprendió en el año 1978 a lo que venimos asistiendo, sobre todo en los últimos cinco años. De seguir en esta tesitura, tanto por parte de los políticos en general como por los ciudadanos, que también somos culpables por la apatía hipócrita y sumisa y estar jugando al sálvese quien pueda, este sistema de comportamientos va a generar (ya los genera de facto) odios asolapados, comportamientos poco ortodoxos, falta de respeto, de educación, de valores, y poco a poco se va gangrenado la sociedad, con consecuencias irreversibles.

Si observamos un poco, cualquier ciudadano se percata de que España camina al revés, sólo hay que observar las nuevas leyes que se están haciendo en los últimos años, son normas que recortan las libertades y usurpan a través de los impuestos el sudor a los ciudadanos de bien, desamparando a las personas decentes, hoy no se valora a los emprendedores, trabajadores, bien preparados profesionalmente, o intelectuales educados, con valores, con ética, con conciencia. Esto ya entró en desuso y no esta de moda. En un país en el que casi todo es mentira y puro engaño, ¿qué se puede esperar? Donde se dice una cosa se piensa otra y se hace una tercera, empezando por los que tienen que dar ejemplo: lo primero que hacen los altos responsables del país es rodearse de inútiles, para que los mediocres que figuran a la cabeza estén relajados y que nadie les pueda enmendar la plana a su incompetencia. Sólo hay que observar que esta practica está muy generalizada incluso en la empresa privada, al igual que en la política, donde no triunfan los mejores, sino los más torpes, los más falsos, los más pelotas, los más serviles, en definitiva, los incompetentes. A sabiendas de que lo son, también saben que, de no ser unos arrastrados, con la capacidad que la naturaleza les ha dispensado nunca serían nada en la vida. Así tampoco lo son, pero con el cargo lo disimulan y engordan su estómago agradecido.

Por esto, y otros muchos motivos, el estado del bienestar y de las autonomías, así como muchas empresas, va como va, porque no están los mejores, sino los más arrastrados y los que mejor se prostituyen. Es vox populi que lo importante para alcanzar puestos relevantes es ser idiota o hacerse pasar por ello, no dar a conocer tu capacidad profesional o intelectual, si es que la tienes, decir a todo que sí, hacer la pelota al jefe y ser un hipócrita farsante: el éxito esta garantizado.

La lógica no sirve en este país que camina al revés, yo siempre pensé que tanto las empresas como las instituciones seleccionarían a los que mejor currículo tenían, a los mejores profesionales en cada materia, los más probados, los más cualificados y los más documentados, pues esto en España no es así. Sólo hay que echar un vistazo al tendido y es fácil comprobar que sobre lo que aquí manifiesto el margen de error es mínimo. A falta únicamente de matizaciones, nombres y apellidos de directivos y cargos intermedios.

Si eres buen trabajador, inteligente y bien preparado y responsable, serio y honrado, habrás fracasado, ya que estamos en la era de la adaptación, como se llama ahora a la sumisión, la hipocresía, la falsedad. No hay que desanimarse, sin embargo, porque esta situación está en el principio de cambio gracias, paradójicamente, a la ruina de la crisis económica y moral que han provocado los mediocres, enchufados y los idiotas. Esta pandemia tiene que pasar, lo peor no es que se digan idioteces, lo peor es que hay muchos que las han creído y así nos ha lucido el pelo.

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