martes, 22 de noviembre de 2011

RECONOCER SOCIALMENTE EL MATRIMONIO INDISOLUBLE CRISTIANO ES, EL UNICO CAMINO PARA RESOCIABILIZAR NUESTRA DESESTRUCTURADA SOCIEDAD

\\\"Jesús, el Hijo del hombre, el juez último de nuestra vida, ha querido tomar el rostro de los hambrientos y sedientos, de los extranjeros, los desnudos, enfermos o prisioneros, en definitiva, de todos los que sufren o están marginados; lo que les hagamos a ellos será considerado como si lo hiciéramos a Jesús mismo\\\" , ha dicho Benedicto XVI hoy mismo en Benin … ¿Existe algo más sociabilizador que estas palabras?

La actual descomposición de las sociedades occidentales, es proporcional a la descristianización que padecen las mismas. Ello es así porque la fe cristiana, en su reconocimiento de la verdad y del mensaje de amor de Cristo a todo ser humano, resulta profundamente sociabilizadora. Recomponer nuestras sociedades, es la principal tarea a la que estamos llamados los católicos en la vida pública.

Por el contrario, el materialismo y el liberalismo actualmente triunfantes, debilitan y disgregan la sociedad, sustituyendo la espiritualidad cristiana por un estilo de vida de individualista y materialista que tiende sistemáticamente al egoísmo. Se vive como si no tuviéramos alma y en consecuencia, el amor carece de fuerza y fundamento suficiente como para asumir la caridad y el perdón.

La familia natural (uniones de hombre y mujer), verdadera célula base de la sociedad, es un termómetro que nos muestra hasta qué punto el individualismo y el egoísmo se han instalado entre nosotros: Si los matrimonios no perduran, la sociedad tampoco .

Pero la familia natural, aunque aun cuenta con un gran respeto social, está siendo constantemente erosionada desde la política del Sistema :

Cuando los políticos democráticos impusieron el divorcio como un “derecho” a la sociedad, ni tan siquiera respetaron el matrimonio católico, lo que de facto ha significado un empobrecimiento de la sociedad y de los individuos, que se ven privados de la posibilidad de contraer matrimonio indisoluble y además, es una insoportable ingerencia en la jurisdicción de la Iglesia.

También es una agresión al Orden Natural, pues solo las uniones de un hombre y una mujer son fuente de vida y son un bien social, porque renuevan y perpetúan la sociedad. Sin embargo, al legislar otorgando iguales beneficios que a la familia natural a determinadas cohabitaciones sexuales, han desprotegido, desvirtuado y trivializado profundamente el mismo concepto de familia.

Se ha disociado la maternidad del sexo . La infiltración forzada de la ideología de género que los políticos del Sistema han procurado en la enseñanza, a provocado la perversión de la educación y una clara deformación de lo que es la familia y el matrimonio, reducidos a un simple “contrato de exclusividad sexual” entre dos seres humanos… (de momento, pues la poligamia está a la vuelta de la esquina y la zoofilia no queda lejos).

No es de extrañar que los jóvenes , a quienes se les ha ridiculizado desde la más tierna infancia el pudor y la modestia por un lado, y a quienes se les ha exaltado en exceso el materialismo y el libertinaje por otro, se inicien sexualmente a edades cada vez más tempranas y por el contrario, conciban la paternidad como algo ajeno, lejano y pesado . En consecuencia, los egoísmos se imponen al verdadero amor altruista y las parejas se rompen en la medida en que intereses personales cambian: Objetivos personales contrapuestos, una nueva pareja, una chica más guapa, incapacidad de asumir responsabilidades… Una vez más, han sido los políticos del Sistema democrático quienes han empujado a la sociedad a lanzarse por el precipicio del relativismo y del todo vale, que nos lleva inevitablemente a la destrucción de nuestra sociedad.

Ante todo ello y en una sociedad que cada vez niega más la realidad de las cosas, quizás ha llegado la hora de que los católicos solicitemos que el Estado respete el hecho diferencial del matrimonio católico indisoluble. Un matrimonio acorde con el Orden Natural , entregado en el amor, abierto a la vida y fuente de amor paterno-filial. Refundar el matrimonio sobre la verdad y el amor perpetuo y definitivo, es el mejor camino para resocializar nuestra sociedad. En Cruz de San Andrés nos ponemos a ello y animamos a todas las organizaciones sociales a hacer lo propio.


En Cristo Rey
Efrén de Pablos

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