Estamos en vísperas de la conmemoración de la Natividad. Desde 1975 que estas entrañables fiestas se celebraban al calor de un hogar y una familia. El sistema que lo ha degenerado todo, apenas en las luces y adornos callejeros se manifiesta los símbolos navideños. Las familias divididas, se afanaran en cargar el carro del híper para esa efímera alegría que no felicidad.
Pero en estas fechas tan entrañables. Muchos compatriotas las vivirán en la calle como perros abandonados. Los ancianos solos o en una residencia porque ya no son útiles. Muchas familias se hallaran sin suministro eléctrico ni agua. Muchos niños pasaran hambre y frío. Todo eso mientras los gobiernos municipales, autonómicos y el estatal, derrochan nuestro dinero a manos llenas. Tanto sufrimiento, hambre, dolor y desesperación tiene a unos culpables. Espero y deseo que algún día la Providencia permita a este sufrido pueblo resarcirse de este escandaloso y criminal expolio.
Entretanto, los hombres de bien, quienes de verdad ejercemos como católicos, en la medida de nuestras posibilidades debemos hacer posible que ese dolor del alma se mitigue con nuestro esfuerzo y solidaridad. Si veis a un pobre en la calle no os duelan prendas de ofrecerle una limosna con toda la caridad y el amor del que seáis capaces. Si conocéis a alguien que vive solo, hacerles un hueco en vuestras mesas y darles más cariño que comida. Si conocéis a un niño pobre, entregarle un juguete para que no le roben la ilusión de los Reyes Magos. Acudid a las residencias de ancianos de las Hermanitas de los Pobres y ofrendarles aquellos productos cotidianos (leche, galletas, aceite, pastas, arroz, azúcar) que me consta que sufren mucho para poder alimentar a sus ancianitos. Visitar a los enfermos y hospitalizados para darles compañia y afecto que es la mejor terapia.
Ah! Y si engalanáis vuestras viviendas, hacerlo con los símbolos cristianos, el pesebre, la estrella de Belén, el portal de Belén con la Sagrada Familia y los Reyes Magos.
Sacad de vuestros corazones lo mejor de vosotros mismos, para que tanto sufrimiento que se incrementa en estas fechas, sea lo más liviano posible. Ejercer de padres, hermanos, que Dios os lo premiara con creces.
A todos los hombres de bien y que aman al Señor, les deseo toda la felicidad del mundo. Que la Paz de la Navidad perdure todo el año. ¡FELICES FIESTAS!
Ah! Y procurad de no comprar mascotas como regalo. En las calles y protectoras hallareis las más fieles y agradecidas. No los abandoneis!!!
Dadles refugio, comida y agua que tambien son criaturas de Dios para nuestra alegria.
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