jueves, 7 de enero de 2010

EN CAIDA LIBRE Y SIN PARACAIDAS



Hemos entrado en un nuevo año. ¿Cuántos quedan? En el peor de los casos se cumplen las profecías mayas y salimos del túnel para caer en el terraplén.
Los más optimistas indican que España no se va a recuperar ni en cinco años. ¿Hay alguien que espera que nos recuperemos? Todo sigue igual y, seguirá igual este ZP o Rajoy.
El problema esta en el sistema y, este se ha impuesto ha sangre y fuego. Lo que vulgarmente se llama una democracia tenia que acabar igual que el marxismo, ya que ambos sistemas son las dos caras de una misma moneda.

Oyes a los políticos, locutores, tertulianos y a cada momento se les sale de la boca la palabra democracia como si fuese una religión. No creen en Dios ni en Su palabra y, se creen a ellos mismos. Ni siquiera se les ocurre pensar en otro tipo de gobernar porque ni tienen ideas, ni libertad para crear algo nuevo.
Lo curioso del caso es que la democracia es tan esclavista como el marxismo. La única diferencia es que como crios, una vez cada cuatro años van a depositar un papelito y como en el bingo, siempre gana la casa. Pero les va la marcha y, cada cuatro años se quedan para línea y para bingo y, necesitan seguir jugando para recuperar.
Adormecen a las masas los locutores de turno echando pestes hacia el contrario según el canal. Cada día nos levantamos y acostamos con las mismas caras en tv, como si fuesen nuestros parientes más cercanos. Vemos más a los políticos que a la familia. Estos cada día tienen que babear algo para mantener la atención de la chusma que los sigue. Mucha mierdocracia pero al final la partida la gana el que tiene menos cartas.
Un sistema que habla de libertades y, ni siquiera se fía de los jueces o los militares que los tienen que nombrar y mandar los gobernantes de turno. Ni siquiera queda la esperanza de una asonada militar. Aquí tenemos a la Chacon que se adhirió al Rubianes en eso de cagarse en la p… España. Esto si que es el colmo.

Para sostener ese régimen tiene que chupar y vivir como dioses un montón de gente. Los más inútiles, imbeciles y corruptos hacen su agosto. Unos con sus televisiones, otros con sus radios y periódicos, otros montándose su ong, otros pillando subvenciones de los impuestos como los titiriteros, los 300.000 liberados sindicales que se arrogan la representación de los trabajadores que ni se afilian. Todos chupando del bote. Éramos pocos y parió la abuela. Aquí se podría aplicar este sabio refrán. Los partidos políticos viven de los que cada cuatro años juegan al bingo. Aquí para chulos nosotros. Nosolo tenemos que mantener a la republica coronada. Si no que además el gobierno llamado central. ¡Quien da más? Diecisiete gobiernos autonómicos, 17 parlamentos. Con sus coches oficiales de lujo y blindados, su corte de asesores, porque son tan borricos que con unos pocos no se apañan. Los necesitan por miles para justificar sus cagadas. Pero luego vienen las televisiones y radios publicas (eso de publicas suena bien) que nos cuestan un ojo de la cara y no contentos, subvencionar a la cadena de prensa, radio y televisión del movimiento, para que luego colegiadamente cuelguen sus manifiestos para presionar a la justicia.
Si todo ese escandaloso y descomunal despilfarro no es suficiente, los gobernantes van por el mundo repartiendo nuestro dinero con las causas más nauseabundas. Viajando con la familia por los cinco continentes en instalaciones de lujo. ¿Qué es poco? Pues encima la corrupción institucionalizada. ¿Qué sigue siendo poco? Pues ahí tenemos el terrorismo bendecido por la Santa Madre Iglesia, sus estragos. ¿Qué sigue siendo poco? Pues la delincuencia, la droga y ese resultado de millones de tarados que solo viven de la Sanidad Publica y bien publica como los lupanares y, la gente normal muriéndose en las listas de espera. Mucha policía. Sobretodo policía, para que entren por una puerta y salgan por otra. Los juzgados atestados con divorcios, problemas de violencia familiar, custodias, demandas de los frikis de la telebasura. En las cárceles 80.000 viviendo mejor que los trabajadores honrados que, se ven en el paro y viviendo en la calle. Al final para sobrevivir habrá que hacer algo para entrar en una de ellas.

¿Hay alguien sensato que piense que se puede salir de la crisis? Eso no es una crisis. Eso es la caída de Roma.
Pensar que con Franco había pleno empleo. Un trabajador podía mantener a la esposa e hijos, comprarse un piso con una hipoteca de 37 meses. Y, ahora una pareja no puede ni mantener un hijo. Los hijos se depositan en una consigna como si fuese una maleta y los abuelos en una residencia como anticipo del cementerio. Con Franco habían 16.000 presos, ahora 80.000 y solo están una representación. Eso sí, cobra más un concejal que no sabe hacer la o con un canuto que el Jefe del Estado de entonces. Carrero Blanco vivía en una comunidad de vecinos pagando su hipoteca y dos guardias en la puerta. Ahora un complejo de palacios, bunkerizado el recinto con fosas, alambradas y compañías de guardias civiles. Franco nos dejo la mejor sanidad del mundo y murió en uno de los hospitales de los trabajadores y, ahora esa chusma tienen que acudir a la sanidad privada de elite.

Hay más de seis millones de parados. Cientos de miles de invasores que viven y muy bien de la asistencia publica y de la Iglesia a la que quieren reducir a escombros, pariendo como conejas, mientras las nacionales abortan en sus propios vientres en ese el mayor holocausto que jamás ha vivido la humanidad.
El sistema es tan antinatura e inhumano que la gente acaba chiflada y cuando no con depresiones. En estos dos últimos años los suicidios se han triplicado. No hay nadie feliz. Ni siquiera los grandes beneficiarios, esos nuevos ricos que viven a costa del sistema. Nadie aguanta a nadie. Los trabajadores divididos y enfrentados. Las familias destruidas. La Iglesia contentando al poder y jugando a quien es más progre y decadente. Aquí es el todos contra todos. Ya ni siquiera se articula la desesperación contra quienes la han creado, si no al más cercano, al más débil. En cualquier otra época donde las masas tenían lucidez mental, con un uno por ciento de las tribulaciones que pasan las masas, se hubiesen echado a la calle. Ahora ni resistencia. La gente se halla tan desesperada y ve tan imposible que se pueda restablecer un mínimo de sensatez que acaba suicidándose.
!!La caída de Roma ha vuelto!! El que sepa rezar y crea que lo haga. Estamos en caída libre y sin paracaídas.

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