martes, 24 de agosto de 2010

YA QUEDA MENOS......


Decir que el mundo ha enloquecido, a estas horas no es una frase hecha, si no una realidad palpable. En otra época podría decir que afectaba a unos colectivos concretos, pero ahora no. Abarca a la totalidad de la sociedad. Hay diferencias entre la forma de proceder de unos o de otros, pero el fondo es el mismo. Ya no queda ni una gota de humanidad en este planeta. Todo es violencia y egoísmo puro y duro.
Lo peor de estos aciagos días es que la Iglesia esta afectada por igual. Ya no queda un solo referente moral donde acogerse. Miras en tu círculo de amigos y los que son como Dios manda los cuentas con los dedos de una mano. Nadie se conmueve por nada ni por nadie. Todo el mundo a lo suyo hasta que la desgracia se ceba en el. No hay donde acudir, no hay ni siquiera quien te escuche. El diablo se ha apoderado de las almas, incluso de los que parecen mas ortodoxos en materia religiosa, todo se reduce en la liturgia, criticar y ejercer de jueces, cuando no tienen una gota de humanidad.
La violencia se apodera de todos los rincones del planeta. Como si de un virus se tratara, se contagia masivamente. Cada uno se quiere asimismo. A lo sumo dicen que quieren a sus hijos, pero los convierten en monstruos para que triunfen y al final les devoraran.
Cuando apareció la crisis se comentaba mucho que esta procede de una crisis de valores y es cierto. Pero ya se ha dejado de hablar de ello. Hace unos pocos años que había gente que se atrevía a comentar que estamos en plena Apocalipsis. Ahora ya nadie habla de ello y, le repele que alguien lo mencione. Quizás porque están atenazados por el pánico. La crisis económica no se ha resuelto. Es como ese enfermo terminal que unos días parece que ha mejorado y de repente fallece.
La apostasía es total. Cantidad de luciferinos pululan por las radios y televisiones atacando los principios más fundamentales de nuestra religión. Hablan como expertos y sientan cátedra entre sus oyentes. Al príncipe de las tinieblas no pierde ni un solo instante en su labor destructiva, haciéndose con las almas. Pero creyentes o no. No podrán detener la furia de Dios. Vemos que cada día hay más desastres naturales y en vez de interpretarlo como es, se consuelan con lo del cambio climático.
Somos una sociedad de esclavos, sin valor alguno. Si alguien confía en las urnas para mejorar el presente que no se llame a engaño. Todos son iguales. Podrán cambiar las formas, pero no el fondo. La buena gente sufrirá más que ninguna. Llegara un momento en que será realidad aquello de que “cuando pasemos por delante de una tumba sentiremos envidia del difunto”.
Las nuevas tecnologías han contribuido enormemente a ese autoengaño. Uno porque en las redes sociales tiene 200 amigos agregados, va y se lo cree. Se siente importante. Todo el mundo tiene a su alcance poder tener su propio blog y soltar lo que le venga en gana y, por ello ya se siente importante, ha satisfecho su ego. Con poner una consigna bravucona ya creen que han prestado un acto de servicio. Creen que con darle al teclado se resuelve todo.
Ya no quedan personas integras. Los más ultras, a lo sumo tienen cuatro iconos que ni siquiera se han parado a profundizar. Solo se quedan con el titular. Nunca la ignorancia había superado los niveles actuales. Da igual la categoría social. Todo el mundo se ha embrutecido. La vida humana carece de todo valor, cuando más se hablan de los derechos humanos. Siempre se habla de lo que se carece. Y, aquellos en que confían más en los brujos que en Dios y, creen en las profecías mayas, pues puede que sea antes o después, esta anunciado de que “vendrá como ladrón en la noche”. Ah! Y que nadie se piense que esta impune porque ostenta el poder o tiene riqueza. Al final todo quedara reducido a cenizas. Queda muy poco tiempo. Muy poco.

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