LO QUE SE AGRADECE UNA MANO AMOROSA |
Vivimos unos tiempos es que ninguna buena noticia llega a
nuestros ojos y oídos. La mayoría de la gente no quiere ni escuchar los
problemas de los demás. Obviándolos parece ser que es una forma de ser más
feliz. Hasta que esos problemas nos llegan directos a cada uno de nosotros, no
somos conscientes de lo crueles que hemos sido con los demás.
Por activa y por pasiva he contado que me detectaron un cáncer
de próstata. En el momento en que el especialista me apunto esta posibilidad,
no me afecto mucho, me agarre a todo para descartar esa posibilidad. Empezó
todo un peregrinaje de pruebas muy abrasivas
y, ya cuando me tenían que dar el resultado, le dije al especialista que
si me tenía que dar una mala noticia, me lo dijera por lo suave. El hombre abre
el ordenador, busca y, de repente grita !!cáncer de próstata!! Como el que
canta un gol. En esos momentos no supe que hacer. Quería salir corriendo del
hospital. Me dijo que tenia tres terapias ha elegir, que volviera y, hablaríamos.
Regrese y, la decisión estaba tomada.
Quitar la próstata. Empezó a contarme todos los riesgos desde la intervención
hasta el postoperatorio. Era como el que te leen una condena a muerte y, si no
me había dejado lo suficientemente abatido. Al terminar me dice estas palabras:
“Y, si no te he acojonado bastante, toma esos dos folios y te los lees en casa”.
Creo que no hace falta comentar al respecto.
Dicen que para afrontar esta enfermedad, tienes que tener una actitud positiva, estar
con los ánimos elevados. Así que empecé mal para que eso se diera. Luego unos “católicos”
se interesaron por mi y, cuando me di cuenta mis mensajes privados estaban
colgados en el muro, hablaban de mi como si fuese un botarate. Encima por
quejarme me insultaron como no harían los demonios.
Fui al quirófano con la moral por los suelos. Desperté en
reanimación y, me dicen que hubo problemas en la operación, que perdí mucha
sangre. Percibía que dejaba este mundo, que estaba descontrolado. Fue muy duro.
Si dura es la intervención y, el postoperatorio, más duro es que se presenta
una neumonía adquirida en quirófano. Ya dices en tu fuero interno que no vas a
salir de este hospital por tu propio pie. Y, aún no había combatido la neumonía
que, sacan al compañero de habitación, me aíslan por una bacteria adquirida también
en quirófano, luego infección en los puntos…. Te ves con un montón de bolsas
con suero y medicación colgando, mascarilla de gas y, una sonda con una bolsa. La
escena es patética.
Unas vecinas quedaron al cuidado de mis gatas y, de la casa,
sinceramente se portaron de maravilla y, nunca les podré agradecer cuanto
hicieron en esos aciagos días. Mi compañero de trabajo al que me unía una gran
amistad, se me ofrece para todo. Pero solo lo vi los tres primeros días, tenia
mi dinero y, ni me traía agua mineral ni me dejo dinero para comprarla, eso sí
me dice lo que había gastado y, en tres días había desaparecido más del doble
de lo que se había gastado por mi. Las vecinas cambiaron el dinero de lugar y,
pude disponer de el. Mis compañeros de trabajo que prestan servicio en este
hospital, en todo momento me visitaron y, se brindaron para cuanto necesitase.
ESTOS SON LOS AMIGOS QUE JAMAS TE ABANDONAN |
En esos largos días de hospitalización eche mucho de menos,
la visita de personas que creía eran amigos y, que me aseguraron de irme a ver.
Tampoco me llamaron muchos de los que esperaba. Hubo uno que me llama a los
tres días, me pregunta como estoy, se lo intento contar y, con voz autoritaria
me dice: “A mi no me digas que estas mal, tu tienes que estar bien!!”. Con cuatro o seis botellas en vena, mascarilla
de gas, la sonda, con 50 grapas en la barriga, unos dolores terribles. …Y, quería
que estuviese alegre y sonriente para así tranquilizar su conciencia y, evitar
hacer acto de presencia. Le colgué el teléfono de impotencia y, una rabia
indescriptible. Quien más me debía y, no voy a describir las razones. Me deja
abandonado y, encima se gastaba mi dinero. Pero la vida trae muchas sorpresas. Ahora
es el quien esta con cáncer ingresado. Me ha dolido conocer la noticia, mucho más
de lo que se podría pensar, habida cuenta de su proceder. Pero esta es la
moraleja de este escrito. Que todos somos candidatos a pasar por esa estigmatizada
enfermedad y, otras. Supongo que ahora se percatara de su mala acción. Es
triste que para comprender el daño ajeno, tengamos que pasar por ello. Y, claro
no es lo mismo el sufrimiento ajeno que el propio. Id a visitar a vuestros
enfermos. Ya se que no es grato y, mucho menos alegre. Pero si os queda moral
y, fe en Dios, saldréis fortalecidos, con la satisfacción del deber cumplido. Tened
en cuenta que cuanto hacéis o dejáis de hacer, será imitado por vuestro entorno
y, así serán con vosotros cuando paséis por un drama de estos. Tampoco me estoy
quejando del todo. Tuve a todas horas con gran sacrificio a quienes estaban más
alejados, a la otra orilla de la línea telefónica. Tuve las visitas necesarias.
Pero hubo quien se perdió para siempre por el camino. Siempre se ha dicho y con
razón que a los amigos se les conoce en los hospitales y, las prisiones. Vaya desde estas líneas un toque de atención.
No esperéis a vivirlo en vuestras carnes propias. Desde aquí mi gratitud a Martín,
José, Joana, Maria Alba, Josep, Alba, Juan Carlos, Francisco, Rosa, mis
compañeros de trabajo que prestan servicio en el hospital, a todas las
enfermeras que me dieron un trato inmejorable, al hermano de San Juan de Dios. En
especial a mi compañero de habitación y, por la misma intervención Josep Maria
y su esposa Montse que nos atendió a los dos y, que ya son amigos para siempre.
Gracias a mis amigos del FB que a través de Martín os interesasteis por mi
evolución. A mi Empresa que estuvo en
todo momento pendiente de mi.
Por cierto, cuanto deberiamos aprender de otros paises que dejan velar a los enfermos, los mejores amigos del hombre. Esa si es una buena terapia.
QUE MEJOR COMPAÑIA CUANDO EL AMOR ES DESINTERESADO |
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