Soy consciente de que en estos tiempos es peligroso aventurarse en realizar ciertos comentarios. Si observamos nuestro suelo patrio. A todo se le ha dado la vuelta como a un calcetín. Lo que antes era bueno ahora es malo y vice-versa. El mundo en general ha enloquecido y, pese a que cada individuo sufre su particular vía crucis, nadie se quiere dar por enterado de sus desgracias. He llegado a la conclusión de que hay una epidemia de masoquismo. Que los pueblos son como las meretrices que cuanto más las pega el chulo y les roba el dinero más lo quieren.
Vivimos en un engaño total. Ya ni siquiera uno se puede entretener a pensar en todos los engaños. Nuestra sociedad se ha acostumbrado a convivir con el engaño y la mentira. Desde el advenimiento de la mierdocracia que nada se sabe y todos creen saberlo todo, por lo que cuentan los medios de comunicación, unos de obediencia al gobierno de turno, otros de la oposición, pero todos del sistema. Del 23-F, 11-M al caso Faisán. No sabemos nada de nada. El personal tampoco comprende los casos de Marta del Castillo, las niñas de Alcaser o Sandra Palo, solo por citar unos ejemplos. Uno entra en las redes sociales y hay decenas de miles de grupos donde unirte para manifestar repulsa por algo. Llegaremos a un punto que cada individuo tendrá su propio grupo para manifestar su indignación. Aunque eso de las redes sociales es el gran invento de la Historia. Todo el mundo esta cabreado y protesta por algo. Sin estas redes sociales, las calles serian un caos de tanta protesta y algarabía. Sin embargo a partir de este momento. Las protestas se hacen desde un teclado. Ósea que es la forma más inútil de no hacer nada. Tenemos una tasa de paro como para que un gobierno tuviera que huir del país. Una crisis que solo se puede comparar a la de una postguerra, el poder adquisitivo de los trabajadores se ha reducido a la mitad. Te sablean por todas partes. Las injusticias de todo orden se cometen de forma masiva. La desazón es grande. Pero aquí nadie se mueve. Es tal la pasividad y la resignación general que, parece que el mundo este dando sus últimos coletazos.
Sostengo una teoría. El mundo ha dado un giro impresionante desde hace solo medio siglo. Los cambios en todos los ordenes en ese corto espacio de tiempo han sido más y espectaculares que en miles de años.
Así que sostengo que el cuerpo humano puede aceptar conscientemente esos cambios, pero biológicamente no los puede asumir. Ello ocasiona unos trastornos psíquicos que son espeluznantes. Hace ya diez años publicaba la prensa que un 45% de la población llegaría a sufrir en algún momento una enfermedad mental. Cuando se habla de ello, todo el mundo por inercia piensa en la depresión. Sin embargo los psicópatas, neuróticos, esquizofrénicos, paranoicos y todas las patologías más graves peligrosas difícilmente serán diagnosticadas, porque los pacientes jamás acudirán a la consulta de un psiquiatra, salvo cuando el daño ya es irreversible y comete un crimen.
Es universalmente reconocidas una serie de enfermedades que son contagiosas; como la gripe, SIDA, cólera, malaria, etc. Sin embargo no se reconocen a las enfermedades mentales como contagiosas, porque evidentemente no se transmite por vía oral, ni cutánea, contactos sexuales, etc. Sin embargo un perturbado puede contagiar a naciones enteras. El prestigioso psiquiatra Vallejo Nájera en los años 40, ya manifestó que el comunismo era una enfermedad mental contagiosa. Si empezáramos a realizar una relación de lideres políticos y gobernantes que eran dementes y arrastraron a naciones enteras a guerras, donde el líder era un dios que manejaba a muchedumbres a odios extremos y guerras. Esas multitudes eran totalmente contagiadas hasta extremos que llevan a la vergüenza de la indignidad humana. Más de cien millones de asesinatos a cometido una doctrina como la marxista. Para ello se ha requerido el concurso de otros tantos millones de psicópatas para que ejecutaran sus crímenes. Basta que un psicópata en sus delirios elabore unas ideas separatistas sin base científica ni histórica que habrá millones que se contagiaran de esa locura y, aunque hasta que esa bestia no se engendro nadie tuviese conciencia de ser oprimido o pertenecer a una casta distinta. A partir de que un loco idea como convertirse en victima que, ese delirio se ira expandiendo como una mancha de aceite. Y, una masa enloquecida no puede razonar, aunque haya millones de pruebas que refutan sus manías persecutorias. Hemos visto el ejemplo de sectas enteras que se han inmolado colectivamente abducidos por el líder.
Sin embargo un líder autentico, de mente clara y limpia a menos que triunfe, no conseguirá imponerse hacia el resto. Tienen más seguidores un Stalin, Mao, Fidel Castro, Che Guevara o Hugo Chavez que son evidentes psicópatas que, la Madre Teresa de Calcuta o Vicente Ferrer. El hombre por naturaleza siempre tiende a abrazar lo peor de ccuantas opciones tenga para elegir. El psicópata es por naturaleza seductor, embustero y mentiroso, entorno a sus delirios montara una historia que resultara hasta convincente por descabellada que sea. En lo alto de un podium o un atril. El líder desarrollara toda una suerte de ademanes, gestos y rictus que darán a la palabra una apoyatura que exaltara las multitudes. Estamos tan acostumbrado a ello que ni siquiera las masas repararan en que estos gestos, no son propios de una persona que esta en sus cabales.
En apoyo de mi tesis, podría decir que hay entre el psicópata y la masa a contagiarse una empatia que se convierte en seducción. Lo mismo que sucede con dos seres que se atraen, se enamoran y la devoción del uno al otro rebasa los limites de lo normal. Se dice que el amor es un trastorno mental transitorio. Que dos enamorados cometen torpezas y criaturadas que en un estado normal, les haría sonrojar. Pues así es el estado en que se desarrolla la enfermedad entre el líder y la plebe, pero ahí no es un trastorno transitorio que con el tiempo va menguando hasta llegar a un estado normal, porque la plebe se convierte en apóstoles que sueñan con ocupar el prestigio social de su líder, aunque sea en una reunión de amigos esa locura contagiada, se materializara convirtiéndose en el líder del grupo e intentara durante toda su vida, escalar peldaños para llegar a más gente y, para conseguir ese objetivo de emular al líder, no reparara en pisar los hígados de aquellos a quien considere sus adversarios que pueden impedir su ascenso.
Detrás de grandes tragedias humanas como las propias guerras, siempre habrá un primer loco que el no pararlo a tiempo, llevara a sus pueblos a las crueldades más aberrantes. Por eso (también es mi tesis) lo mismo que para pilotar a un avión o tener acceso a un permiso de arma es preciso pasar por el tramite de unas pruebas y test psicotécnicos. Todo aquel que aspira a liderar cualquier comunidad, debería hacerse un chequeo a fondo de su mente. De lo contrario el mundo siempre estará en manos de los más enfermos y peligrosos a los que conducirá a guerras, caos, destrucción, miseria espantosas.
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