NO JUZGUEIS Y, NO SEREIES JUZGADOS!!!!

Bueno… ya estoy en casa recuperándome de la intervención quirúrgica. Desde un principio era consciente de que no era el momento y, me eche para atrás. Pero los sabelotodo empezaron a decir que “había tirado la toalla” y, cosas  por el estilo. Cuesta tan poco darle a la lengua, enjuiciar…Así que por un amor propio mal entendido, acepte la intervención tal y como estaba programada.

La gente es tan hipócrita o tan inconsciente que nadie deja ver sus miedos. Yo no los oculte desde el principio y, de alguna forma hice participe de los mismos a quienes consideraba de los míos. Mediante mensajes privados abrí mi corazón, creyendo que iba a ser comprendido. Para mi sorpresa uno de esos mensajes PRIVADOS,  se coloco en el muro y, empezó la escandalera. Yo que confié en mis hermanos en la fe, lejos de hallar comprensión, me vi envuelto en una especie de programa escabroso de tv. Empezó a funcionar esos mensajes en que cada uno contaba al resto el contenido de mis mensajes PRIVADOS, cada uno(a) decía la suya y, mi situación se escapo de mi control. Helaron mi corazón. Mi buen amigo Martin consciente del daño que me infligían, como haría cualquier humano llevado por el corazón la emprendió contra ellos y, en vez de reaccionar como seres humanos, sacaron lo peor de su sectarismo. Una persona pobre, humilde, alejado de la civilización empezaron a insultarle como demonios, los peores adjetivos y calificativos vomitaron de sus bocas; desde demonio a masón no les quedo nada por agraviar. Aquí va una de esas perlas, de un sujeto que además se ampara con el apodo de un monseñor:   “Monseñor Meurin

Eres un cobarde hijo de 7 mil putas, me paso el coño de tu madre por la raiz de la verga...pedazo de un chupa pija!!!!

Hasta nunca marrano parido contra natura...a vos te cagaron cuando naciste.” Así se comportan esos talibanes. Eso seria incapaz de escribirlo una persona normal, así que de alguien que presume de ultra católico es una aberración total. Sin ningún género de dudas les guía el demonio como a nadie. Es apocalíptico. A mi no me preocupan los ateos, si no los demonios que anidan en quienes guían a esas ovejas descarriadas que solo producen tormento.Unas personas que están en el buen camino, tendrían las suficientes luces para comprender sus errores y, la situ ación que atravesaba. Ellos no. Volcaron todo el odio que almacenan en una persona que deberían de imitar. Una persona que ha cuidado a sus abuelos hasta la muerte, voluntario de hospitales para auxiliar a la gente sola, voluntario en una residencia de las hermanitas de los pobres (el único). Se dedicaron a ver todas sus fotos del facebook para poder satanizarlo.

Esos sectarios que solo presumen de puros, que solo viven para enjuiciar y condenar a los demás sin piedad alguna. Creen que ensalzándose y, convirtiéndose en inquisidores, ya tienen la gracia Divina. Esos talibanes “católicos” son tan bestias y despiadados como los demás. Todo lo cifran en sus oraciones y, dudo mucho de que Dios escuche sus plegarias. No saben ni tratar a un ser humano. Son incapaces de ser humanos hasta el punto de que no les surge del alma encabezar un escrito con un estimado, querido o apreciado amigo, todo lo tienen que hacer usando la palabra de Cristo,  como si fuese pecado amar al prójimo. Eso me recuerda que una monja un día se soltó y, en un acto de sinceridad dijo que hay personas que solo se pueden aceptar por amor a Dios.

Que duda cabe de que un creyente debe depositar su confianza en Dios mediante la oración. Lo que no creo es que alguien que es incapaz de ponerse en la piel del sufriente, que no es capaz de dar ánimos, aliento, hacer sentir que le importas, que le duele tu situación, Dios haga el trabajo por ellos. Algo así como que un hambriento no le dan ni un bocadillo y, se pongan a rezar para que se alimente. Si sus corazones están tan podridos que son incapaces de dar aliento, sus rezos no sirven de nada. En el mejor de los casos, son unos pobres enfermos de alma que requieren de un tratamiento psiquiátrico.  Todo son puros delirios, obsesiones. Ni viven ni dejan vivir. No se les pega nada de la Madre Teresa de Calcuta. Sus únicos 

sueños son  los de quemar en la pira a los que no pertenecen a su secta. Nada que ofrecer. El demonio que es muy astuto se sirve de ellos para destrozar la Iglesia de Cristo.

Esta mi intervención es una de las más agresivas y, muy lentas en curar, tener que andar meses con una sonda y, la consiguiente bolsa, es algo muy deprimente. He echado mucho de menos que esa gente me preguntara lo que sentía, mis miedos que los hay y, no han sido infundados. El Hijo de Dios, consciente de su pasión y muerte, en Getsemani sudo sangre del miedo que lo atenazaba. Incluso en la Cruz exclamo: “Padre! ¿Por qué me has abandonado?.

Yo ni soy un héroe, ni un santo. Hago lo que puedo por tratar de ser lo mejor posible. Entre en el quirófano con muchos miedos (porque negarlo). Intuía que no era el mejor momento para ello y, no me equivoque. Acudí a un hombre de Dios para confesar mis pecados, comulgue y, entre en el quirófano con todo dispuesto para lo peor. Desperté y, me dijeron que hubo complicaciones, que perdí mucha sangre, Salí del quirófano con una  neumonía y una bacteria. Todo ha sido muy doloroso y, en más de un momento temí por mi vida. Gracias a Dios tuve las mejores enfermeras y, doctores que me trataron con toda dignidad y, profesionalidad. No les pregunte si eran de derechas o de izquierdas, creyentes o no. Pero es evidente que tenían gran corazón en lo que hacían y, desde aquí mi gratitud hacia todos ellos(as). Tuve la asistencia espiritual de un hermano de San Juan de Dios con quien compartimos otra época en la que la espiritualidad brotaba de los buenos corazones.

De quienes más esperaba no solo me defraudaron,  si no que incluso se aprovecharon de mi delicada situación y, por el contrario me sentí arropado por aquellos que no esperaba nada de ellos. “por sus frutos los conoceréis”. Esta dura prueba ha puesto a cada persona en su lugar, con lo que habrá un antes y un después. Quede claro que no soy nadie, ni para juzgar, ni para condenar. Eso solo es competencia del Altísimo. “No juzguéis y, no seréis juzgados”. Me he limitado a narrar unos dolorosos hechos. Lo que si me atrevo a sugerir que como fue el deseo de Jesucristo: “amaros los unos a los otros como yo os he amado”. Vaciar vuestros corazones de odios y, llenadlos de sano amor. Nunca sintáis complejo por amar, ni uséis a Jesucristo para dar a vuestros semejantes lo mejor de vosotros mismos. Si no sois capaces de amar por vosotros mismos, no pidáis a Dios que lo haga por vosotros, porque es obvio que El nos AMA hasta el final de nuestros días.