martes, 25 de enero de 2011

LOS FUEROS CATALANES Y EL CORPUS DE SANGRE

La situación en Cataluña
El Virrey apenas tenía ingresos y no podía mantener tropas. Los catalanes no querían pagar nuevos impuestos y pagaban mal los pocos que debían a la Corona. Así, los soldados no cobraban y llegaban a desertar o buscar otras ocupaciones. Por ejemplo, los 700 soldados de Perpiñán quedaron reducidos a 25 en 1621. La frontera con Francia estaba desguarnecida.
En 1626 se juntan Cortes en Barcelona y acude el Rey, que tras largas deliberaciones previas para que se trataran primero los “agravios” que tuvieran los naturales del país, consigue proponer a las 3 semanas su proyecto. Les dice así Felipe IV:
“… mi ánimo no sólo es de no alteraros las leyes y prerrogativas que os dieron los otros Condes y Señores mis antepasados, sino daros de nuevo cuantas pudiere con justicia, favoreciéndoos con larga mano…
Mis enemigos han hecho contra mí y contra todos mis Reinos, Liga ofensiva y defensiva por quince años. Por este mismo tiempo, deseo que juntéis las armas, mis Reinos y Señoríos, para que el terror de este poder escarmiente lo injustos y pérfidos intentos de los enemigos de Dios y míos… Hijos, una y mil veces os digo y repito, que no sólo no quiero quitaros vuestros fueros, favores e inmunidades, sino añadiros otros muchos…”
Pues nada, que hubieron de suspenderse los debates sin llegar a ningún acuerdo, y el Rey tuvo que irse sin nada. Nueva reunión en 1632 y el mismo resultado. Las Cortes ya no servían para nada, no se reunían y cuando se reunían no llegaban a acuerdos. Eran inútiles. Mientras, las Cortes Valencianas y de Aragón sí que llegaron a acuerdo y dieron un apoyo, aunque inferior al solicitado.
El impuesto de los quintos que debían pagar los ayuntamientos a la Corona no se cobró nunca, adeudando los ayuntamientos casi un millón de escudos.
En 1632 la Santa Sede autorizó un diezmo sobre los ingresos eclesiásticos, que los clérigos catalanes tampoco quisieron pagar, destacándose los de Vich al frente de la protesta, llegando a cerrar las iglesias.
En 1633, una compañía que pasaba camino del Rosellón fue atacada sucesivamente en la comarca de Vich y finalmente fueron exterminados sus 250 componentes. Pero allí no pasaba nada ni se tomaban medidas.
En 1635 nos declara la guerra Francia. Los catalanes siguen negándose a reclutar hombres. Algunos prohombres por su cuenta quisieron reclutar y apenas consiguieron unos pocos entre criminales salidos de las cárceles, pero que desertaron y se pasaron a los franceses con sus armas cuando les llegó el rumor de que los querían llevar a Italia.
Por fin, en enero de 1637 el Consejo de Ciento barcelonés aceptó pagar durante 5 meses los gastos de un batallón y un donativo al Rey de 40.500 escudos. Madrid les pidió en mayo que reclutaran 6.000 hombres para defender sus fronteras y liberar a otros tantos que se mantenían allí y eran necesarios en Italia. Pero se negaron. El ejército español tomó la iniciativa y atacó en el Languedoc, pero los refuerzos catalanes no llegaron y los franceses nos derrotaron en Leucata.
Los franceses atacaron España por Fuenterrabía, en el País Vasco, en 1638. Fueron derrotados y en el Rosellón catalán se festejó esa victoria como propia, pero sin comprometer hombres. En 1639 la ofensiva francesa se produjo en el Rosellón y lograron tomar la fortaleza de Salses, reputada como inexpugnable. Ahí vieron los catalanes las orejas al lobo y por fin se avinieron a reclutar soldados, con ayuda de los cuales se recuperó la fortaleza de Salses el 5 de enero de 1640, pero con muchas bajas, sobre todo por enfermedades, lo que produjo mucho descontento entre los mismos catalanes.
El problema del alojamiento de las tropas
Dado que los catalanes fueron tan remisos en alistar hombres o dar dinero para que se formaran compañías de soldados, forzosamente hubo que llevar soldados de otras partes, muchos extranjeros, que se entendían mal con la población. Entonces no había cuarteles como los conocemos hoy, o bien eran escasas fortalezas. De modo que los soldados habían de avituallarse del medio en el que vivían y estaban acampados. Como no recibían pagas, habían de procurarse víveres de cualquier forma, muchas veces por la fuerza.
Según las constituciones catalanas, los catalanes estaban obligados a aposentar y alojar a los soldados en sus casas, distribuyendo las posadas los corregidores de las poblaciones. Y debían servirles sal, vinagre, fuego, cama, mesa y servicio gratuitamente. El resto debían pagarlo los soldados”.
Pero claro, los naturales no querían soportar esta carga y las instituciones catalanas no querían pagarlas y el tesoro real estaba exhausto. Así que surgieron numerosas fricciones, pues los naturales veían la estancia como una ocupación molesta.
Así lo veía el Conde-Duque de Olivares:
“No me parece que he oído desatino igual al de la Diputación y Consejo de ciento en esta ocasión… en efecto, Cataluña es una provincia que no hay rey en el mundo que tenga otra igual a ella… Ha de tener reyes y señores, pero que a estos señores no les han de hacer ningún servicio, ni aquel que es necesario precisamente para la conservación de ella. Que este rey y este señor, no ha de poder hacer ninguna cosa en ella de cuantas quisiere, y lo que es más, de cuantas conviniere; si la acometen los enemigos, la ha de defender su Rey sin obrar ellos de su parte lo que deben, ni exponer su gente a los peligros. Ha de traer ejército de fuera, le ha de sustentar, ha de obrar las plazas que se perdieren, y este ejército, ni echado el enemigo ni antes de echarle, el tiempo que no se puede campear (guerrear), no le ha de alojar la provincia… Que se ha de mirar si la constitución dijo esto o aquello, y el usaje, cuando se trata de la suprema ley, que es la propia conservación de la provincia..”
Uno de los excesos se produjo en el castillo de Palautordera, donde un pacífico y noble caballero, Antonio de Fluviá, franqueó las puertas a la tropa, compuesta de napolitanos, que lo saquearon y mataron al noble. Esto produjo muchas reacciones virulentas y llamadas a la rebelión en el Consejo del ciento y la Diputación de Barcelona, por lo que fueron detenidos algunos diputados.
En Santa Coloma de Farners llegó como aposentador de las tropas un alto funcionario del Gobernador de Cataluña, pero él y su séquito fueron muertos al incendiar la multitud su hostal. Las tropas se fueron retirando asediadas por numerosos bandoleros y unos 3000 hombres armados. Para combatir contra Francia no se alistaban, pero para combatir al ejército español que estaba para defender a Cataluña, sí que se alistaban. En su retirada los soldados incendiaron uno de los pueblos y su iglesia, donde los rebeldes habían almacenado sus víveres, en Riudarenas. La rebelión se generalizó en las comarcas de Gerona y La Selva.
Los soldados realizaron una expedición de castigo contra Santa Coloma de Farners y Riudarenas, que eran las poblaciones que peor se habían portado. Aunque tenían orden de derribar 20 casas, saquearon todo el pueblo y lo quemaron, pero sin víctimas, pues habían huido todos los habitantes. Esto motivó que el Obispo de Gerona los excomulgara, con lo que los rebeldes encontraron un excelente motivo para dar a su revuelta un tono religioso y justiciero, de guerra santa. Entraron en Barcelona y sacaron de la cárcel a los presos.
El Virrey procuró evitar los choques y que las tropas se fueran al Rosellón. En esa comarca y en la fortaleza de Rosas se acuartelaron, dejando Cataluña de los Pirineos hacia abajo a su suerte. También marcharon de Rosas y se instalaron en Perpiñán, que no les abrió las puertas y tuvieron que hacerlo a cañonazos. Durante la noche desaparecían 15 soldados, que pensaron que desertaban, hasta que supieron que eran asesinados cada noche.
Los insurgentes iban a la caza de realistas y también de ricos. La revuelta tomó un tinte social anarquista, con los criminales, desocupados y vagabundos como protagonistas.
José Luis Corral

miércoles, 12 de enero de 2011

CHILE: CLAMOR POR LA VIDA DE LOS INOCENTES

1082) CHILE: CLAMOR POR LA VIDA DE LOS INOCENTES. Fuente: web Conferencia Episcopal de Chile
En el día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre, la Conferencia Episcopal Chilena emitió un documento titulado Clamor por la Vida de los inocentes.
Los proyectos de ley
Los obispos se manifiestan porque “en estos días en torno a Navidad, en que nos alegramos con la celebración del nacimiento del Señor Jesús, en nuestro país surgen nuevamente voces de algunos legisladores que proponen despenalizar el aborto en determinados casos; por ejemplo, cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre o atenta gravemente en contra de su salud, en casos en que el embarazo es producto de una violación, o bien cuando el concebido que se desarrolla en el vientre materno posee malformaciones, que incluso se prevé que lo llevarán a la muerte una vez nacido”.
Reconociendo que “las situaciones a las que se refieren estos proyectos de ley son muy dramáticas y dolorosas tanto para la madre como para las personas cercanas a ella, y no se suele estar preparado para vivirlas”, los obispos de Chile recuerdan al mismo tiempo que, “el Papa Juan Pablo II, explicando el mandamiento ‘no matarás’, manifestó: ‘Confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral’ (Evangelium vitae, 57). Este principio ético, profundamente humano y anterior al cristianismo, vale con toda razón cuando hay que proteger la vida del ser humano que aún no ha nacido y en consecuencia rechazar la legalización del aborto.
El aborto no es un acto médico
Continúa el texto diciendo: “Pensamos que, en un embarazo en el cual la vida o la salud de la madre corre peligro, no es lícito eliminar la vida del niño concebido. Desde la perspectiva de lo más propio de la medicina, que es sanar, curar y nunca dañar, y compartiendo el pensamiento de Pío XII, consideramos que ‘es erróneo poner el asunto con esta alternativa: o la vida del niño o aquella de la madre. No, ni la vida de la madre ni la del niño pueden ser objeto de un acto de directa supresión. De una parte como de la otra la exigencia no puede ser más que una: hacer todo esfuerzo por salvar ambas vidas, la de la madre y la del niño’. Las prácticas abortivas son la negación misma de lo que se entiende por un acto médico, que consiste en hacer el bien posible, en este caso, a sus dos pacientes: la madre y su hijo. Nunca será un acto médico el que dañe directamente a cualquiera de ellos”.
Por otro lado, Clamor por la Vida de los inocentes recuerda que “ello no se opone, sin embargo, a considerar lícitas las acciones terapéuticas necesarias en favor de la madre para sanarla de una enfermedad, aunque comporten un riesgo, incluso letal, para el ser que no ha nacido. No se debe confundir una acción terapéutica a favor de la madre, que encierra como consecuencia no buscada el peligro de una pérdida, con la directa eliminación del ser que no ha nacido”.
La eliminación de un ser humano no constituye terapia alguna
En relación a despenalizar el aborto -continúa el documento- cuando se puede predecir con probabilidad o subjetiva certeza que el niño nacerá con un defecto o enfermedad, hay que tener presente que la eliminación de un ser humano no constituye terapia alguna puesto que no sana a nadie. Se trata de un aborto directo ilícito desde el punto de vista moral y gravemente contrario al ordenamiento legal y constitucional de nuestra nación”.
Dictadura de los más fuertes sobre los más débiles
A veces se invoca el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo. Con ello se olvida que el ser humano que está en su seno no es parte de ella: es otro ser humano distinto al padre y a la madre. Por otra parte, los sentimientos de la madre que son invocados, ciertamente son respetables y muy atendibles. Pero nunca un sentimiento puede prevalecer como un valor superior por sobre el derecho a la vida que tiene todo ser humano, ya sea que esté sano o enfermo. Entre los derechos humanos, éste es el primero, sin el cual no existen los demás. Este derecho a la vida también se le ha de respetar al ser inocente que ha sido concebido como consecuencia de un acto tan violento y condenable como lo es una agresión sexual” (…).
Por eso, sobre los más débiles y enfermos, los obispos afirman que “una sociedad que los elimina permite que la violencia se constituya en el método para resolver los conflictos, convirtiéndose en una dictadura donde los más fuertes terminan decidiendo por los más débiles. Nadie tiene derecho a arrogarse el poder de decidir qué vida merece ver la luz del día y cual no.
Apoyar a las madres y sus familias
Por último, los obispos chilenos reclaman medidas capaces de acompañar adecuada y efectivamente a la madre y su familia, con ayuda sicológica, social, económica y espiritual. “Invitamos a los profesionales del área de la salud a buscar y ofrecer caminos ante estas situaciones que no signifiquen la destrucción deliberada de la misma vida sino su cuidado”. FIN, 28-12-10
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NOTICIAS GLOBALES es un boletín de noticias sobre temas que se relacionan con la PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LA VIDA HUMANA Y LA FAMILIA. Editor: Pbro. Dr. Juan Claudio Sanahuja; E-mail: noticiasglobales@noticiasglobales.org ; http://www.noticiasglobales.org ;

martes, 11 de enero de 2011

EL FENOMENO DE LAS AVES MUERTAS


Con el advenimiento de la diosa democracia a nuestro país, contemplo unos cambios que se adivinan apocalípticos. El comportamiento animal ha sufrido una transformación espantosa. El hombre se comporta como autenticas bestias. Ya no queda un ápice de sensibilidad, ya nada, ni nadie, conmueve, ni despierta conciencias. Es aterrador el cambio que ha transformado a los hombres en autenticas bestias. Lo peor de todo es que ese “virus” afecta por igual a toda la humanidad, sin distinción de razas, sexos o pueblos.
Hasta hace unas décadas, cada nación tenia su propia idiosincrasia. Había de todo a lo largo y ancho de nuestro planeta. Unos regimenes y unos gobernantes de los más variopintos colores. Pero he aquí, que ese diabólico sistema mal llamado “democracia”, se ha impuesto en todo el orbe a sangre y fuego, y ningún rincón de la tierra escapa a ese sistema que pudre todas las conciencias. Los gobernantes que en teoría eligen los pueblos, son de lo peor que ha habido nunca. La verdad es que no hay donde elegir. Al final dos partidos mayoritarios se disputan el poder, sin que entre el uno y el otro haya diferencia alguna. El resultado del sistema es la locura colectiva.
Se acabaron las conquistas sociales y el estado de bienestar. De momento algunas instituciones de la Iglesia, palian el hambre, pero ya se han desbordado ante la demanda. Desde el más humilde de los trabajadores, hasta empresarios con éxito, se han visto despojados de todo y durmiendo en las calles. Las injusticias son escandalosas. Ya nadie tiene nada seguro. Las familias se descomponen. El divorcio, el aborto, los malos tratos y el abuso, se extienden como una mancha de aceite. Nadie aguanta a nadie. Es el todos contra todos. Ya no hay capacidad ni para exhibir el descontento en las calles. Nos gobiernan cuatro desaprensivos que no ocultan su ostentación, derroche y despilfarro, y la corrupción se halla institucionalizada. Ya nada escandaliza.
Se percibe por el estado de animo de las gentes que estamos ante una tragedia humana nunca antes conocida. Se predicen los peores augurios y, todo el mundo lo da por hecho de que vamos hacia un suicidio colectivo.
Pero hay un detalle que casi pasa desapercibido y que no tiene antecedentes. Los animales cambian sus hábitos y mueren masivamente de forma inexplicable. En la prensa leí que en el Valle de Aran, un anciano del lugar denunciaba que hace tiempo no ve por los cielos las clásicas bandadas de pájaros. En Italia y EE.UU han visto en esas pasadas Navidades, caer del cielo miles de palomas muertas al unísono. Yo que soy un amante de los animales he visto como mis gatos contraían enfermedades inexplicables todos a la vez y, uno tras otro han ido muriendo. Cuido de unos gatos abandonados, hasta hace poco eran una treintena y en poco tiempo la colonia se ha reducido a ocho. Veo en ellos miedo. Ya no juguetean. Se ocultan y solo la llamada de la comida los hace visibles, pero ni a eso acuden con la ilusión de antes, runruneando y veloces. Los gatos son muy sensitivos y eso me da mucho que pensar.
De un año a esta parte hemos visto devastadores terremotos, tsunamis y gran cantidad de inundaciones en lugares donde no se prodigaban las lluvias. El fin esta más cerca de lo que creemos.