martes, 22 de septiembre de 2015

EN UNA SOCIEDAD ENVILECIDA Y, SIN PRINCIPIOS.



Estimados amigos: Una serie de factores se han unido, para que a mis años haya quedado, de la noche a la mañana en la más completa indigencia. Yo se que a la mayoría de la gente, les causaría complejo apuntarlo. Ya nadie se queja de sus propias desgracias. Todo el mundo intenta aparentar lo que no es. Pero este no es mi caso. Me da igual lo que piensen y, digan de mí. Las marujas estarán contentas. Hoy nuestro mundo se rige por el odio y, la envidia. Cosa que yo no he conocido jamás.
He luchado por tener una vejez, serena y, tranquila y, a pesar de mis esfuerzos no lo he conseguido. He trabajado como un esclavo, sin sueldo, ni pagas extras, todos los festivos del año. Hace más de diez años que no sé lo que es celebrar una Navidad. En jornadas de 12 horas, por unos tres euros la hora. No sé lo que es cobrar un finiquito. Me operan de un cáncer y, me despiden. Estando grave, al día siguiente me hacen firmar un finiquito que no percibí. Tenía una baja mínima de tres meses y, a las siete semanas estando despedido tuve que incorporarme al trabajo, estando de baja. Por dos meses de baja cobre 330 euros.  Entre con un contrato de 40 horas hace más de diez años y, cuando faltaba un año para jubilarme es cuando me proponen el contrato que merecía de 160 horas. Intuía que con ese trabajo, había arruinado mi pensión, pues la seguridad social se acoge a los últimos quince años y, hace la media. Y, claro la mitad de esos años a un 25%. Solo salió la mínima.
Podía haberme jubilado al cumplir los 65 años. Espere unos meses y, quise asegurarme de hacerlo bien. Contrate a un gestor para ver de compatibilizar mi pensión con un trabajo parcial. ¿Quién vive con 630 euros? Pero el gestor me llevo con él a la S.S. a consultar como lo hubiese hecho yo y, me dejo abandonado. Estuve dos mañanas haciendo gestiones de una mesa a la otra, de una oficina a la otra. Me torearon bien. Bien por desidia, ineptitud o, venganza política. El caso a pesar de haberme dado la seguridad de que seguiría percibiendo la pensión mínima, que me fuese tranquilo de que todo estaba arreglado, que los datos se cruzarían al momento. Al cabo de dos años y, medio se les cruzan los datos y, los cables y, me exigen cerca de 7000 euros. Ósea que esos dos años y, medio. Trabaje solo para Rajoy.  Percibía unos 400 euros y, me descuentan 310. Si tenemos en cuenta que para los desplazamientos necesito un vehículo. Paga amortización, impuesto de circulación, itv, seguro, taller y, gasolina. Aun tengo que poner dinero. Si eso me lo dicen cuando me arrastre de mesa en mesa durante dos mañanas. Desde luego dejo el trabajo. No creo que haya ningún español que vaya a trabajar y, encima tenga que poner dinero. Y, eso no me lo dicen al principio para poder corregir. Esperan a los dos años y, medio. Yo ya pienso que eso es una estafa legal.
Trate de comunicarme con el gestor y, durante más de una semana no se quiso poner al teléfono. Acudí a su oficina y, me recibió de forma agresiva. Atacando. Que el problema era de mi empresa. Pero no de él, ni de los funcionarios. Y, casi nos llegamos a las manos. Un gestor que ha cobrado 400 euros para que esa operación se realizase sin problema alguno. Sin duda alguna el primer responsable es el a todas luces. Que defienda a los funcionarios, supongo porque con ellos tendría que seguir trabajando. Es un inmoral. No me atendió ni en su oficina, no me asesoro, porque me cito en las mismas oficinas de la S. S. y, solo hizo dos consultas que las hubiese podido hacer yo. Solo hizo de acompañante y, luego me dejo tirado.
Este mes he cobrado 190 euros de pensión. Trate de buscar una solución con mi empresa, legal y, sin trampas y, a pesar de tener correos en los que me elogian y, se brindan en ayudarme en lo que necesiten. No acceden a mi petición. Ni la empresa donde prestaba mis servicios que toda la vida se la paso, halagándome, prometiendo. Desde un inicio me gane la fama de “que hacía mucho más de lo que debía de hacer”. Me tenían en un pedestal, ambas empresas. Sin embargo en cuanto me vino ese tsunami. Saltaron como ratas y, me han abandonado a mi suerte. Si es cierto que me han estado alegando mis muchas virtudes, entrega y, abnegación. Pero a ninguna de las dos les ha importado, que ahora este con una depresión de caballo. Que no tenga ni para medicamentos. Que tenga que estar en manos de asistentas sociales. Que no pueda pagar mis facturas. Trabaje hasta los 68 años, para poder cubrir mis gastos más perentorios. Y, de repente estoy en la indigencia.
Podría pleitear  hasta llegar a Estrasburgo. Porque no es posible que en un Estado de Derecho, una persona con una pensión mínima, encima de tributar a la Seguridad Social, pagar el irpf con los cual, le ahorro un dinero de mi pensión. Que me EXPOLIEN todo mi trabajo y, aun haya tenido que añadir dinero. Este es un país corrupto desde sus leyes. Si a mí me hubiesen pillado trabajando sin contrato, cobrando en negro. No podría quejarme de nada. Pero es que desde el primer momento la Seguridad Social, consta que cobro la pensión y, tengo un contrato de trabajo parcial. Como ellos mismos me dijeron, al instante se cruzaron los datos telemáticamente. El esperar dos años y medio a comunicarme esta anomalía, moralmente lo considero una mala fe.  A veces leo que hay abogados que han tomado un caso a una persona sin recursos y, su fe en que su cliente se le haga justicia, les ha llevado hasta el Tribunal de Estrasburgo. Incluso etarras. Pero mi problema  es que soy un trabajador nato, hombre honrado, luchador y, patriota.
Las personas que me han explotado bien. Que unos por acción y, otros por comodidad. Reconozcan todos mis meritos, pero me hayan abandonado. Eso es enloquecedor. Demuestra la calidad humana a la que hemos llegado. Ya no hay ni un gramo de compasión, de lealtad, de conciencia. Tengo un médico de cabecera que es lo mejor que ha pasado en mi vida. Una asistenta social competente que, se ha puesto en mi piel y, le ha escandalizado mi situación. Pero…. El problema está ahí. Es enloquecedor que, quienes podrían haberme evitado esta situación, duerman tan indiferentes. A rey muerto, rey puesto. Donde dije digo, dije Diego. Encima te traten como a un deficiente mental.
He ayudado en mi vida a miles de personas, animales. He salvado vidas de muchos suicidas con depresión. He ayudado a mi hermana con cifras millonarias y, ahora es mi enemiga. Cuando prestas grandes cantidades de dinero, pierdes el dinero y, encima te creas enemigos. Nunca he mirado por mí. Hasta a mis compañeros de trabajo y, me han robado. No creo en el género humano. Esta tan envilecido. Que no hay regeneración posible. No hay un solo referente en que albergar ninguna esperanza. La gente vive en las tinieblas. En cada elecciones, más al borde del abismo. Solo triunfa el mal, la mala gente. No creo en el género humano. Y, eso solo ha hecho que empezar. Así que no se si seguiré publicando, si me daré de baja. Yo desearía ser como todo el mundo, pero no puedo. Tengo una conciencia y, no puedo anularla. Desearía no ser católico y, dar fin a mi vida. Es muy duro saberse explotado y, tratado peor que una maquina. Con unos políticos que en vez de resolver el más mínimo problema, solo están para generarlos y, vivir como reyes a tu costa.

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