Cuando la sanidad catalana en los últimos diez años, se ha ido depauperando hasta extremos escandalosos. Cuando era necesario un cambio profundo para resolver las largas listas de espera para intervenciones quirúrgicas, pruebas y, consultas a especialistas. Cuando clamaba al cielo un cambio de rumbo radical. La derecha catalana independentista, nos pilla por sorpresa con un drástico recorte de fondos para sanidad. Me imagino que Artur Más en sus mítines y programa electoral ni abordo este tema.
No hace falta ser muy sagaces para darse cuenta de que el tripartito derrocho a manos llenas. El problema de esta región, no es que España le ningunee, si no de la corrupción institucionalizada y, el despilfarro general. Con todo ese caudal de fondos de nuestros bolsillos que se ha volatizado, la sanidad en vez de dar ese paso de gigante hacia atrás, debería de haber mejorado sustancialmente.
La sanidad publica debería ser intocable, lo último en sufrir recortes. Parece que sus señorías no son conscientes que de esta entidad depende la vida de la mayoría de catalanes. Si las camas hospitalarias han sido siempre insuficientes. ¿Cómo pueden ahora cerrar plantas y, suprimir camas hospitalarias? ¿Qué harán con los pacientes? Ya cada vez nos estamos acercando más a la sanidad cubana, donde los pacientes tienen que aportar hasta el hilo de coser. De momento tenemos en común con los cubanos que debemos pagar el agua, el jabón, la esponja y las toallas. Pero todo se andará…
Se puede recortar en todo menos en sanidad. Se podrían suprimir los canales de tv, las subvenciones a ong, las partidas para imponer la lengua, las embajadas, coches oficiales, subvenciones a prensa adicta al movimiento. Pero no! Se ha metido la tijera a los más débiles e indefensos, como es norma en este diabólico y corrupto sistema. A los que no tenemos más remedio, nos da pánico pensar en que en los hospitales pongan al frente un doctor Montes y, así disminuya no solo el gasto, si no la población. La verdad es que esta medida es aterradora. Si hemos llegado a esta caótica situación, alguien debería estar en la cárcel. Pero no! Aquí todo lo pagan los más humildes, débiles e indefensos. Morirá mucha gente. Esta medida es para mi lo más escandaloso que se ha producido desde el advenimiento de ese sistema. Han salido a la calle quienes han perdido o pueden perder sus puestos de trabajo, pero ese pueblo envilecido por la propaganda, se ha quedado en casa. Los afectados no hace falta decir que no pueden movilizarse. Iremos viendo cada vez, cosas más dantescas y escandalosas. Eso es solo el aperitivo. Cataluña entre la estelada, el grado de embrutecimiento y, la pobreza, cada vez se asimila más al modelo cubano que sirve de inspiración.
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