lunes, 30 de septiembre de 2013

UN BICENTENARIO POSTIZO Y FANTASMAGÓRICO


Aunque en realidad no sean 200 años sino algunos menos, desde hace casi dos siglos, a raíz de las secesiones americanas, la gran mayoría de los “españoles” no han podido serlo. La hispanidad política, a un lado y al otro del Atlántico, entró en un letargo del que no ha despertado aún.

Al echar la vista atrás sobre la Historia patria no se trata sólo de valorar correctamente los hechos, de comprender qué fuerzas y con qué sentido operaron en un momento dado, o de discernir las consecuencias que se siguieron de un determinado tumbo de nuestro devenir. Se trata también, y quizás sobre todo, de comprender mejor nuestro presente y de conocer si de ese pasado, interpretado adecuadamente, se extraen lecciones para nuestra actuación hoy.

Ya han comenzado los fastos subvencionados para festejar artificialmente un bicentenario (1810-2010) fantasmagórico. Celebración postiza, como casi todo en nuestra política de los dos últimos siglos, pues a pesar de la machacona y machacante insistencia oficial durante estas dos centurias, no existe ningún tipo de entusiasmo popular americano en torno a la llamada “emancipación” de España.

Bicentenario fantasmagórico, pues en 1810 nadie se independizó todavía y si algo se quiere festejar deberíamos hablar del 200º cumpleaños de las “máscaras de Fernando VII”, con las sombras de duda que sobre la honradez de sus protagonistas siguen sin disiparse.

A ambos lados del océano Atlántico hemos sido incapaces de ofrecer una explicación veraz y popular, compartida, de aquellos terribles sucesos que en realidad fueron guerras civiles entre españoles y que no desembocaron como se dice en ninguna emancipación (pues de yugo extranjero puede empezar a hablarse después de la independencia y hasta hoy, sin solución de continuidad), sino de la destrucción de la comunidad política hispánica.

A partir de entonces el nombre de España se reservó para la porción “europea” de la hispanidad, pero esa continuidad nominal no oculta que el proceso consumado en 1825 supuso un parteaguas en cuanto a la vieja concepción y autoconciencia española. Muchos hitos previos prepararon aquella crisis, pero hasta entonces, y si se quiere hasta la muerte del infame Fernando VII, rey tan legítimo como malo, España era una cosa y después, otra muy diferente. Diferente por problemática y también por artificial, con una artificialidad simétrica a la de las nuevas “naciones” americanas.

Conviene, pues, reflexionar sobre aspectos deliberadamente olvidados durante estos dos últimos siglos al hablar de aquel trauma, español por hispanoamericano. Y que conste que hasta los piadosos intentos de Maeztu o de Vizcarra no llegaron a levantar el velo de la purulenta herida. Guardaron un reverencial silencio sobre los aspectos netamente políticos que estaban en juego, se replegaron sobre una hispanidad cultural y religiosa, que balsámicamente dejaba intacta la cuestión candente.

Es necesaria una todavía más radical “Defensa de la Hispanidad”: de la hispanidad política, de la doctrina política católica e históricamente española y eso no será posible reflexionando sobre una inexistente e hipostatizada “esencia de España”, al modo regeneracionista y liberal, sino volviendo los ojos a “la piedra de la que hemos sido tallados”, fuera de la cual no será posible regeneración ninguna para esta comunidad política (ahora virtual) que se llama España.

José Antonio Ullate Fabo
(Publicado en El Brigante)


viernes, 6 de septiembre de 2013

COMUNICADO A LA PRENSA, EN VISPERAS DE LA CONFLICTIVA DIADA DE 2013

Comunicado a la prensa, en vísperas de la conflictiva diada de 2013

Ante la locura secesionista que suponen las cadenas de odios con las que ciertos políticos intentan atenazar a todos los catalanes para tapar sus casos de corrupción, Cruz de San Andrés hace una llamada a la sensatez a toda la sociedad catalana y junto a ella, declara:
Que la inmensa mayoría de los catalanes somos integradores y pacíficos, amantes de todo lo español y rechazamos la violencia, la ruptura y el odio que amparan y aun fomentan ciertos políticos que, en vez de representarnos, nos encadenan a un futuro incierto, plagado de odio y sangre.

Que la sociedad catalana debe de permanecer UNIDA, ignorando los “cantos de sirena” de los políticos del Sistema, pues es evidente que tanto en Barcelona como en Madrid, los políticos están luchando por sus propios intereses partidistas y no por el BIEN COMÚN de todos.

Que la consulta soberanista no conduce a nada, salvo a fracturar peligrosamente la sociedad catalana, a fomentar odios y a crear rechazo hacia Cataluña en el resto de España, todo lo cual no puede tener ninguna consecuencia positiva ni para Cataluña, ni para el resto de España.

Que insistir en el camino de la ruptura con España, es romper con nuestra historia, con nuestras tradiciones y con el legado de nuestros antepasados hasta tal punto, que quien insiste en el secesionismo, está fomentando el mal para Cataluña y consecuentemente debe de ser considerado por todos como un apátrida a Cataluña… y al resto de España.

Que las lenguas son medios de comunicación y nunca deberían de ser utilizadas como armas de exclusión social, ni imponerse mediante multas, o adoctrinando a los niños mediante odiosas leyes de imposición lingüística, por ser leyes que, por lo gravemente que perjudica a los niños que la sufren (castellano hablantes en nuestro caso) atentan contra los derechos de la infancia y contra la legislación internacional.

Que todo aquel que no respete las tradiciones de Cataluña (o las de cualquier otro lugar de España), su diversidad y su historia, es apátrida a Cataluña y a España en general, pues la riqueza cultural de Cataluña, así como la de cualquier otro de los pueblos de España, es un riquísimo y maravilloso patrimonio que pertenece a todos y a cada uno de los Españoles.

En consecuencia, Cruz de San Andrés hace un llamamiento a todos los líderes políticos a la sensatez y a desterrar de sus mensajes todo lenguaje rupturista o que llame al enfrentamiento social, y culpará directamente a estos de cualquier incidente violento que por sus políticas de incitación al odio, pueda darse en la sociedad catalana.

Y terminamos afirmando que los verdaderos catalanes deseamos una Cataluña unida a España, abierta, integradora, respetuosa con su historia, con sus tradiciones y sin rupturas que puedan llevarla a un conflicto social de desconocidas consecuencias, que nadie mínimamente sensato debiera desear. 

Efrén de Pablos
Presidente de la Asociación Cruz de San Andrés 
Telf 674790476 info@cruzdesanandres.org
Cruz de San Andrés es una más de las entidades que forman parte de UNITS, la coordinadora apartidista y abierta a todas las entidades civiles no violentas, heredera de las entidades que el año pasado promovieran el gran acto en defensa de la hispanidad de Cataluña del día 12 en la plaza Cataluña de Barcelona y que propugna una sociedad catalana respetuosa con su pasado, con sus tradiciones, abierta a todos, integradora, sin fracturas y sin enfrentamientos sociales.

AVISO de última hora: 


 A solicitud del Departamento de Interior de la Generalitat, por no poderse garantizar la seguridad de los asientes al acto de reconciliación con la realidad histórica previsto para el 11-S a las 6.15 de la tarde, se suspende la concentración que había sido convocada por UNITS y por Cruz de San Andrés, ante la estatua de Rafael Casanova.

NUEVA CONVOCATORIA:
En consecuencia, el acto se realizará al día siguiente, jueves 12 de octubre a las 20h y en el mismo sitio: Cruce de las calles Ali Bei con Ronda de Sant Pere de Barcelona y contará con la presencia del Profesor Javier Barraycoa, autor del exitoso libro 'Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán'.

 En Cristo Rey
Asociación Cruz de San Andrés

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lunes, 2 de septiembre de 2013

CHUSMA... OBAMA, CAMERON Y HOLLANDEE

Por si interés, reproducimos íntegramente el siguiente artículo de Juan Manuel de Prada, publicado en el ABC:
JUAN MANUEL DE PRADA
La intervención en Siria es un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán
EMPECEMOS por aclarar que en Siria no hay ninguna guerra civil. Los llamados «rebeldes sirios» no reclaman reformas ni acaudillan ninguna «revolución popular». Los llamados «rebeldes sirios» no son sino mercenarios y terroristas reclutados en los parajes más variopintos del atlas, financiados desde Qatar o Arabia Saudita y con frecuencia adiestrados por los propios Estados Unidos, que les llevan prestando apoyo logístico –al igual que Israel– desde que comenzara el conflicto. Enfrente de ellos se halla un régimen de corte dictatorial que, al igual que ocurría con Sadam Husein en Irak o con Gadafi en Libia, se distingue por ejercer la tolerancia con las comunidades cristianas y por defender los barrios en los que se asientan de los sanguinarios ataques de los «rebeldes», que no pierden ocasión de cometer las atrocidades más espeluznantes contra los cristianos. Si esta chusma no hubiese recibido incesantes refuerzos, financiación y suministros de armas desde el exterior, la guerra en Siria habría sido atajada hace tiempo.
Como los Estados Unidos no pueden proclamar sin ambages que apoyan el terrorismo en Siria justifican ahora su ataque alegando que el régimen de Assad ha utilizado armas químicas. ¿Quién puede tragarse semejante superchería? El ataque con armas químicas ocurrió en Guta, el suburbio oriental de Damasco, donde Assad mantiene reñida disputa contra los terroristas financiados desde el exterior. Resulta muy difícilmente concebible que se empleen armas químicas allá donde se mantienen concentradas tropas; y resulta directamente rocambolesco que, además, se empleen mientras los inspectores de armas de la ONU se hallan en el país. Las armas químicas, evidentemente, han sido empleadas por la chusma a la que apoya Estados Unidos. Y el intento de justificar tan burdamente la intervención se incorpora así al repertorio de engañifas fabricadas por los Estados Unidos en su afán imperialista, iniciado con la voladura del Maine.
La intervención en Siria fue diseñada hace mucho tiempo, a modo de prólogo al ataque a Irán, que es la pieza que en última instancia se pretende abatir. Las razones que se alegaban para justificarla eran, sin embargo, tan inconsistentes y la calaña de la chusma que combate a Assad tan repugnante que tal intervención se había tenido que aplazar. Pero el peligro de colapso inminente del dólar ha exigido urdir ahora esta engañifa tan burda. Por aceptar euros a cambio de petróleo fue derrocado Sadam Husein; por pretender crear una divisa africana fundada en el patrón oro el dinar fue liquidado Gadafi; por pretender desligar las ventas de su petróleo del dólar, Irán se ha convertido en la bicha de los americanos. El problema de fondo es que el dólar, la moneda de reserva mundial desde Bretton-Woods, está cada vez más desprestigiada; con una deuda pública mayor que todos los países de la Unión Europea juntos, cada dólar que imprime Estados Unidos es, a estas alturas, papel mojado. El colapso del dólar sólo se podrá dilatar mientras se mantenga como divisa de las transacciones internacionales de petróleo; en cuanto un grupo de países empezase a comerciar en otra divisa, Estados Unidos iría a la bancarrota. La intervención en Siria es tan sólo un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán.
«Otra vez millares de víctimas serán sacrificadas sobre el altar de una imaginaria democracia», acaba de denunciar paladinamente el Patriarcado de Moscú. Estamos en manos de una chusma dispuesta a todo con tal de mantener su supremacía.